Ha sido un acierto poner mi “imeil” o correo electrónico al pie de estos “delantales” lingüísticos. Así compruebo que son muchos los lectores que me envían sugerencias y comentarios. No puedo contestarles públicamente a todos, pero sí he de agradecer ese interés. Selecciono al azar un último correo de Javier Boto, supongo que aragonés. Me recuerda el abuso de la expresión “ha asegurado” para referirse, en las noticias de la radio o la tele, a las declaraciones de tal o cual personaje. Tiene toda la razón. Es un ejemplo de un enunciado gramaticalmente correcto, pero que resulta estragante por lo reiterativo. Quizá sea una forma de lo que podríamos llamar “verdad periodística”. Los hechos no son tales sino lo que “aseguran” que son para las fuentes con autoridad. Está bien la cautela, pero los periodistas no deberían abusar de esa fórmula.
Ya de paso, Boto se extraña de que nunca se reconozca en las noticias que la religión influye en el voto. Claro que influye. Si no se reconoce públicamente es por un mal entendido respecto a la doctrina de la separación entre la Iglesia y el Estado. Excepcionalmente hay un líder de la izquierda que se declara católico, José Bono, circunstancia que le reporta buenos réditos electorales.
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