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Carlos Semprún Maura

Europa enferma

Durante más de dos horas, el pasado miércoles, y en el marco de la emisión política de France 2: “Cien minutos para convencer”, Laurent Faius hizo gala de su engreimiento, de su soberbia, de su chovinismo, y se presentó como candidato a las presidenciales de 2007, sin mandato del PS, por supuesto. Recordaré que los jóvenes socialistas habían inventado una canción, cuyo refrán era: “Martine (Aubry) à Matignon et Fabius en prison” (Matignon es la sede de los primeros ministros). Buena muestra esta de su popularidad en las propias filas socialistas, en donde se le tilda de social-liberal, el peor de los insultos para ellos. Con autoproclamados candidatos así, Chirac puede dormir tranquilo.

Sin salir de la televisión, ese espejo de la basura social y cultural francesa, la emisión France-Europe-Express del domingo por la noche había invitado a varios representantes de las izquierdas a discutir de la construcción europea y del proyecto de constitución. Estaban presentes, Olivier Besancenot (LCR, trotskista), Noel Mamère (Verde) Arnaud Montebourg (PS) y Olivier Duhamel, eurodiputado (también PS). De entrada, dos cosas fueron evidentes: la primera es que no estaban de acuerdo prácticamente sobre nada, y la segunda, su radical ausencia de ideas, de proyectos, y no hablemos ya de programa.

Si esos enanos son los “representantes del pueblo”, no es de extrañar que aumente la abstención. Claro, el trotskista Besancenot, sigue soñando en dictaduras del proletariado, Mamère delirando sobre el calentamiento del planeta, o Montebourg, uno de los líderes de una corriente “de izquierdas” del PS quen se hizo famoso por querer encarcelar a Chirac como ladrón (de eso ya ni Le Monde habla), consideraba que el proyecto de Constitución era demasiado... ¡liberal! Duhamel, quien participó en la Convención presidida por Giscard, fue el único defender a rajatabla el proyecto de constitución, pero tratando nada menos que de miserables a los “pequeños países” que ponen pegas a dicho proyecto, sin señalar ¡no faltaba más! que se trata de la mayoría.

Este mismo Duhamel había publicado hace unos días en Le Monde, junto con el definitivamente euroburócrata Daniel Cohn-Bendit, una carta abierta: “A nuestros amigos polacos”, llamándoles a oponerse a su gobierno y a apoyar la constitución. Pues sus “amigos polacos”, en este caso Adam Michnik y Marek Beylin, respectivamente director y redactor-jefe del diario Gazeta Wyboreza, les responden serena pero firmemente, en el mismo vespertino Le Monde, que se solidarizan totalmente con su gobierno en esta cuestión, porque rechazan una Europa totalmente donada por el “eje del mal” (éste es expresión mía) franco-alemán. “Esta concepción muy poco tiene que ver con la idea de una solidaridad europea”, escriben.

Está visto que la clase política francesa, como acaban de confirmarlo tanto Jospin, como Fabius, o Duhamel, después del Presidente Chirac, el más arrogante de todos, no conciben Europa más que dominada por Francia (con Alemania como correveidile) y opuesto a los USA. O sea, exactamente lo contrario de lo que debería ser Europa.


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