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Carmen Leal

Discriminación positiva

En el debate televisivo de los cinco líderes que se presentan a las elecciones autonómicas, Carod-Rovira de ERC sacó a relucir la anécdota que cuenta Qim Monzó en La Vanguardia del actor Joel Joan, que le echaron de un restaurante por hablar en catalán. Es curioso que en período de elecciones saquen a pasear el fantasma de la agresión lingüística que padece desde tiempo inmemorial la lengua catalana. Ese pretendido “acoso” a la lengua “propia” de Cataluña sorprende, porque basta darse un paseo desde la metrópoli hasta la última aldea, para ver que no hay ninguna rotulación viaria en castellano y que en hospitales o en cualquier edificio público todo está escrito en catalán. Puede usted entrar en cualquier Escuela, Instituto de Enseñanza Media o Universidad y ver que no hay indicios de que allí haya alumnos de lengua castellana, pero si se detiene un momento en los pasillos notará que se habla también en castellano. Tanto, que esta lengua, que es la lengua materna del 53% de la población catalana, se le llama ahora la lengua de la libertad.
 
Pero volvamos a la anécdota. Si lo que cuenta el Sr Monzó es verdad y no una boutade para animar el debate y acallar las protestas de los castellanohablantes a los que han hurtado su lengua, deberían interpretarlo con sumo cuidado, porque es una clara manifestación del “conflicto lingüístico” que existe en Cataluña. En el congreso de Cultura catalana de 1978, los sociolingüistas catalanes, Valverdú, Aracil y Ninyoles, definieron el concepto de “conflicto lingüístico” de la siguiente manera: Hay conflicto lingüístico cuando en un mismo territorio dos lenguas claramente diferenciadas se enfrentan, una como políticamente dominante (uso oficial, uso público) y otra políticamente dominada. Las formas de dominación son variadas, desde las netamente represivas (como las que ha practicado el Estado español bajo el franquismo-sic- )hasta las políticamente tolerantes, cuya fuerza represiva es fundamentalmente ideológica (Actas I,13) Para la sociolingüística catalana dicho conflicto puede ser latente o agudo, según “las condiciones sociales, culturales y políticas del momento” y el conflicto se resuelve sustituyendo una lengua por otra. Hay que pensar que esa sustitución se realiza a favor de la lengua “políticamente dominante”. Ahí estamos.
 
La imposición del catalán por parte del gobierno de CiU con la ayuda por pasiva o por activa de los partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, ha sido de tal natureleza que está generando un rechazo popular, hasta ahora de forma no violenta, pero que está ahí como la yesca, y bastará que se encienda una cerilla para que pueda ocasionar un incendio.
 
¿Alguien puede entender cómo la mitad de los ciudadanos abandona su lengua (castellano) para utilizar la lengua de la otra mitad (catalán) sin protestar?¿Alguien puede pensar que se hace voluntariamente? ¿Alguien puede entender que si los individuos de estas dos comunidades con lenguas distintas (catalán/castellano) se entienden perfectamente entre sí hablando cada uno su lengua materna se pretenda que se utilice exclusivamente una? ¿Por qué si las dos son cooficiales? Si las lenguas son de los ciudadanos y no de los territorios, ¿por qué la mitad de los ciudadanos de Cataluña tienen unos derechos que se les niega a la otra mitad, si pagan los mismos impuestos?
 
A todas estas preguntas el nacionalismo identitario responde con un perfecto oxímoron: “discriminación positiva” hacia el catalán. Por lo tanto, discriminación bien negativa hacia las personas que hablan castellano, que han de cambiar su lengua si quieren tener un trabajo por humilde que este sea. Como C., mujer de la limpieza del Ateneo de Barcelona, que está sufriendo lo indecible porque hasta las notas por escrito ha de hacerlas en catalán. Este curso, al profesor de Primaria J. B. le ha advertido el Inspector X. Ch. que si se empeña en dar las clases en castellano “iniciará los tramites disciplinarios” que pueden ser : a) suspensión de empleo y sueldo, b) suspensión de la plaza en propiedad definitiva, c) traslado forzoso. Al profesor de Historia de secundaria F. O. le prohíben utilizar el castellano en las actividades lectivas y sufre amenazas de la directora M. C. S. y del inspector S. P. Son 14.000 los profesionales de la enseñanza que se han visto forzados a pedir traslado por cuestiones lingüísticas y el dato es del periódico Avui. Esto viene sucediendo desde hace muchos años. El 20 de febrero de 1985 la Generalidad de Cataluña manda el siguiente telegrama; “Estando obligado a participar en el concurso de traslados y habiendo recibido vuestra solicitud de vacantes sólo en Cataluña, se os requiere a fin de que en término de cinco días naturales solicitéis plaza fuera de Cataluña, ya que no ha superado la prueba de catalán. Atentamente.
 
Carmen Leal es secretaria de la Asociación de Profesores por el Bilingüismo de Cataluña

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