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Juan Manuel Rodríguez

Nuestro fino estilo cuartofinalista

Podría decirse que desde el primer Mundial en el que participó España (Italia-1934) hasta el último (Corea y Japón-2002), pasando por nuestra primera Eurocopa (Francia-1960) hasta llegar a la última (Bélgica y Holanda-2000), nuestro principal rasgo definitorio es que nos hemos convertido en unos consumados cuartofinalistas. Más allá de quién fuera el seleccionador que dirigiera al equipo nacional desde el banquillo y pasando incluso por encima de los futbolistas que nos representaran sobre el terreno de juego (y desde 1930 hemos tenido algunos de cierta categoría) nuestro común denominador en estos últimos setenta años de fútbol oficial a nivel de selecciones ha sido la especial habilidad que hemos desarrollado para venirnos para casa en los cuartos de final. ¿Tradición? ¿Añoranza quizá? No lo sé.
 
Nuestra selección ha participado en doce Mundiales y en cinco ocasiones cayó eliminada en cuartos de final. Si tomamos como referencia el Mundial de Argentina (desde 1978 siempre logramos los billetes para la fase final) el dato resulta mucho más aparatoso. En cuatro de esos siete Mundiales fuimos eliminados en los dichosos cuartos de final. Pero donde realmente hemos desarrollado nuestro fino estilo cuartofinalista ha sido en las Eurocopas. La selección ha participado en casi todas (nueve de once), y en siete de esas nueve ocasiones fuimos eliminados precisamente en los cuartos de final. Realmente España sólo tiene dos caminos en la Eurocopa: o es eliminada en cuartos de final o hace algo realmente grande (campeona en 1964 y subcampeona en 1984).
 
Por tanto, ¿dónde reside exactamente el drama de disputar una repesca contra Noruega para llegar a Portugal 2004? ¿Alguien nos asegura que una vez allí vayamos a dar la talla? A nivel internacional sólo hemos tenido un par de alegrías y aquella vana ilusión de Querétaro que fue tan bonita pero que duró tan poco. En el Mundial del 86 le marcamos cinco goles a Dinamarca, salimos a la calle con nuestras bocinas y nuestras banderas y gritamos aquello de "¡Butragueño presidente!" pero luego fuimos eliminados... ¿en qué ronda?... Sí señor, en los cuartos de final.
 
Si ahora eliminamos a Noruega y nos plantamos en Portugal existe un 80% de posibilidades de que nos eliminen en los cuartos de final. No digo que declinemos la invitación una vez clasificados pero eso es lo que indica nuestra fría estadística internacional. Iñaki Sáez me tranquilizó el otro día cuando me juró que no existía ningún elemento genético que convirtiera a los futbolistas españoles en cuartofinalistas profesionales. Menos mal. Entonces debe ser sólo una mala racha. Una mala racha que ya dura setenta años.

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