La guerra contra el terrorismo tiene hoy en Irak su principal batalla. Es más, vencer o ser derrotados en Irak tendrá una influencia decisiva en el curso futuro de esta guerra global. Vencer significa un Irak democrático y seguro. Salir derrotados significa dejar un Irak sumido en el caos que los terroristas puedan exhibir como su gran humillación a las democracias.
Un Irak seguro significa que los terroristas habrán sido derrotados. La batalla no está siendo fácil, el atentado de ayer contra la base de los carabineros italianos es la mejor muestra de dureza y del altísimo precio que tendrá la victoria. Pero Irak es el sitio que nosotros hemos elegido para dar la batalla. No es un sitio fácil, pero es en cualquier caso mejor que tener que hacerles frente en nuestro propio territorio. Aunque parezca paradójico, la concentración de terroristas en este país es también una oportunidad. Sabemos dónde están y podemos hacerles frente. Irak les ha agrupado y tenemos una oportunidad para vencerlos.
Un Irak democrático significa que Islam y democracia no son incompatibles. El origen del terrorismo no es otro que el odio y el miedo a la libertad. Ese odio y ese miedo germinan en sociedades cerradas victimas de ideologías totalitarias y de radicalismos religiosos. Sólo en la medida en que abramos esas sociedades y cambiemos esos regímenes estaremos erradicando la raíz del mal. Irak puede jugar un papel decisivo como catalizador democrático de todo el mundo árabe.
Pese a la confusión reinante en nuestros medios de comunicación, la nueva estrategia de acelerar el traspaso de soberanía al pueblo iraquí no es incompatible con un compromiso firme con la democratización de ese país. Más bien al contrario, un Irak democrático es antes que nada un Irak soberano. Por su parte, la reducción de fuerzas extranjeras en Irak tampoco es incompatible con mejorar nuestras capacidades de lucha contra el terrorismo. Es más, en esta guerra, asimétrica por definición, no es la cantidad de tropas el factor decisivo, sino su capacidad para enfrentarse con eficacia a la amenaza terrorista. Nuestra impresión es que la victoria, a pesar del catastrofismo que hoy nos invade a todos, puede estar más próxima de lo que hoy somos capaces de imaginar.
GEES: Grupo de Estudios Estratégicos