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Ahora se ve que la política de "tierra quemada" emprendida en su día por Joan Gaspart ("después de mí, la nada") le pasará factura durante mucho tiempo al Barcelona. Y no me estoy refiriendo a Joan Laporta como persona física sino al club y a su prestigio. Ahora se puede comprobar, negro sobre blanco, lo dañina que resultó la gestión del anterior equipo directivo en las parcelas económica, deportiva e institucional. La prueba del algodón no suele engañar y, semana tras semana, surgen datos espeluznantes allá donde pongas la mirada.
 
Primero, la caótica situación económica que impedirá competir durante mucho tiempo al club azulgrana con su "enemigo natural", el Real Madrid. Después, la aparición en el diario Sport de datos muy reveladores a propósito de las condiciones en que se trajo aquí a Javier Saviola (la desesperación de Gaspart y su impotencia ante la nueva política de fichajes de Florentino Pérez le llevó a pagar una millonada hasta convertir al futbolista argentino en el jugador más caro de toda la historia culé). Y ahora la reacción de los violentos boixos nois insultando y amenazando de muerte con pintadas a Laporta.
 
¿Hizo algo sobre algo Joan Gaspart? Lo digo porque la sensación es que el anterior presidente no acertaba ni siquiera cuando rectificaba y ahora el "marrón" se lo tiene que comer la nueva directiva. También en el caso concreto de los violentos tuvo Laporta que ponerse serio, limitando sus movimientos a la mínima expresión y acuñando ese término de "tolerancia cero" que caló rápidamente entre la masa social azulgrana. Si la tolerancia de Laporta con los boixos nois es "cero" eso significa que Gaspart les puntuó un poco más alto... ¿Qué nota les puso?... ¿Un siete? ¿Un ocho? ¿Les puso un "notable alto"? Y en ese capítulo concreto tampoco estuvo acertado Joan Gaspart. Se cumple ahora un año del famoso "lanzamiento de cochinillo" que protagonizó aquel partido entre el Barcelona y el Real Madrid. ¿Recuerdan lo que dijo Gaspart? Yo sí lo recuerdo perfectamente porque precisamente ese sábado presentaba "El Tirachinas" de la Cadena Cope y, tras oírle, me quedé estupefacto. No podía ser. Aquello era una pesadilla. Gaspart dijo: "no vamos a consentir que vengan a nuestra casa a provocarnos". Ahora los boixos pintan la entrada de la casa de Joan Laporta con pintadas como esta: "nuestra casa es el Camp Nou y la tuya es la tumba". Pues que se vayan preparando porque llegó el camión de la mudanza.

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