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Algo debí imaginarme cuando mi viejo "Sony Trinitron" de tan sólo un euroconector —realmente escandaloso, lo reconozco— se volvió de repente loco por la mañana negándose en redondo a captar ninguno de los canales nacionales. Recibía nítidamente el francés "TV 5 Europe", la italiana "Rai Tre", la inglesa "BBC World" y otro llamado "Arte", pero ni una débil palpitación de que existieran "Tele 5" o "Antena 3". Pero, ¿quién no tiene al menos dos televisiones en casa hoy en día?... Rápidamente me cambié al pequeño "Philips". Lo dejé preparado en "TVE" y lo puse a las diez menos cinco. ¿Y que vi allí? Un pequeño Elton John croata que, tras haber ganado el concurso sub-14 de la categoría, aporreaba el piano y soltaba chilliditos. Diez menos cuatro y nada. Menos tres... Menos dos... Eran las diez menos un minuto y ahí seguía nuestro "Eltoncito" hasta que, por fin, el presentador le dijo a alguien por lo "bajinis" lo siguiente: "di que cambiamos a La 2". Y lo dijo. "Cambiamos a La 2". El niño croata desapareció y en su lugar irrumpió en la pantalla Raúl González Blanco. Sonaba el himno nacional español y el madridista, brazos cruzados a la espalda, miraba fijamente al cielo. ¡Por fin!
 
Hay que ver lo bien que no juegan al fútbol los noruegos. "Ese fútbol da asco", dijo Cruyff el otro día en la Cadena Cope. ¿Fútbol? ¿Qué fútbol?... Los noruegos no habían venido hasta Valencia para jugar al fútbol sino a otra cosa. Lo llamaremos "X" para distinguirlo del "deporte rey". ¿Es que acaso triangulaban? ¿Entraban por las bandas? Nada de eso. Los noruegos se encerraban atrás con descaro y a la más mínima ocasión salían al contragolpe. En un par de ocasiones lo hicieron con cierto orden pero las más de las veces colgaban balones a la olla. Y en uno de esos llegó su gol. Con el 0-1 aquello ya olía a gesta. Luego empató Raúl pero aquello tenía mala pinta.

España tocaba, tocaba y volvía a tocar. Jugaba al fútbol como mandan los cánones. Practicaba la teoría con Echeberría. Con Reyes. Más tarde con Joaquín. También con Vicente. Pero fallaba la práctica sagrada del gol. Se sucedían los "¡uyyy!" hasta que en una jugada embarullada llegó el segundo de España. Ese es nuestro sino. Dentro de cuatro días nos jugaremos el pase a la Eurocopa portuguesa en Noruega. Nosotros jugaremos al fútbol y ellos lo harán al "X". Coincido con Iñaki Sáez en que tampoco variarán mucho su partitura porque no saben más. Ya verán cómo al final nosotros nos defenderemos atacando y ellos nos atacarán defendiéndose. Y si seguimos jugando al fútbol estaremos en Portugal. Eso seguro. 

 

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