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Víctor Llano

Más sobre cubanos en España

A pesar de que el delegado del gobierno en Madrid es uno de los políticos más criticados por la supuesta progresía madrileña, ninguno de sus muchos detractores le ha reprochado que denegara la exención de visado a un ex alto cargo del régimen castrista. En España existen decenas de grupos que presumen de ser amigos de la mafia castrista, pero jamás una importante ONG ha defendido contundentemente a las víctimas de su admirado coma-andante. Y es que no pueden borrar su siniestro pasado. Si reconocieran que en Cuba se persigue a los que intentan escapar, se verían obligados a reconocer otros muchos crímenes de la tiranía. Pero no están dispuestos a aceptar que durante muchos años defendieron al verdugo y despreciaron a sus víctimas. Cualquier pretexto les sirve para correr en auxilio del régimen comunista, sin embargo, nunca encuentran tiempo para denunciar que en nuestro país sobreviven ilegalmente miles de cubanos que no pueden regresar a la Isla-cárcel a recoger la visa que les permitiría regularizar su situación. Los “sin papeles” cubanos no existen para ellos. Según los “progresistas” españoles ningún hombre puede ser ilegal salvo los que huyen de la robolución que tanto admiran. No les conviene que aquí encuentren refugio un alto número de cubanos que puedan contarnos los verdaderos “logros” de la tiranía. Cuantos menos sean, mejor. Los desalmados que apoyaron a su verdugo no quieren que les recuerden que fueron –y en muchos casos son todavía– amigos de un asesino de la peor especie.
 
El señor Ansuátegui no tendrá que explicarles a los que se tienen por “solidarios” por qué denegó la exención de visado a una víctima de Fidel Castro. Puede estar tranquilo. Por este asunto no le criticarán los que le acusan de fascista sirviéndose del más estúpido pretexto. Como Llamazares, también Ansuátegui aseguró que Cuba no es un país peligroso para los que intentan escapar de Fidel Castro. Aunque todavía tiene tiempo de rectificar, la metedura de pata ha sido descomunal. Afortunadamente, en esta ocasión le hemos pillado con “el carrito del helado”. Pero tendría que exigirles  a sus subalternos que lean los expedientes que llegan a su oficina, y que antes de firmar lo que podría firmar Javier Madrazo, lo piensen dos veces. En este caso no puede echar la culpa al gobierno que le nombró, a la legislación vigente, o a la Unión Europea. La facultad de conceder o no la exención de visado le corresponde a él. Como delegado del gobierno ha asegurado que mantiene frecuentes conversaciones con grupos del exilio cubano. No lo dudamos. Pero nos gustaría que nos dijera con quién se reúne. La solución de las víctimas de Castro necesita publicidad. Si al menos ha conversado con los que intentan huir de Cuba tendría que haberlo dicho antes. No nos sirve que lo diga ahora que le hemos  cogido “in fraganti”. Podría haber presumido antes de ello.
 
Por suerte, su nombramiento no es responsabilidad de Ibarretxe. Aznar no tiene como modelo referencial a la tiranía castro-comunista. Confiamos en que muy pronto la delegación de su gobierno en Madrid rectifique y responda favorablemente al recurso de reposición que presentó el ex alto cargo del régimen que no puede regresar a la Isla de las doscientas cárceles. No obstante, no basta con que se resuelva este caso. Son miles los cubanos que han pedido refugio a las autoridades españolas. No a Llamazares o a Ibarretxe, sino a José María Aznar, quien insiste en que quiere para los cubanos lo mismo que para los españoles. Ansuátegui no debe temer que le acusen de tratar de manera excepcional a los que huyen de la tiranía. Ninguna persona de buena voluntad podría reprochárselo. Además, los que le llaman fascista se lo van a seguir llamando. No tiene que temerles tanto. Fascista sería si no atendiera las súplicas de los que intentan escapar de la tiranía comunista. En fin, aquí estamos, “esperando a Ansuátegui”. De quien no podemos esperar nada bueno es de Carlos Boggio, representante en España del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. ¿En alguna ocasión le han escuchado ustedes denunciar la situación que sufren las víctimas de Castro?  Otro gallo cantaría si huyeran de un régimen amigo de Estados Unidos. Pero como no son comunistas y huyen de Cuba, esa peculiar institución que llaman ACNUR no se apiada de ellos.   
 

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