Menú
Sólo Dios sabe por dónde nos saldrán el sábado los señores Rijkaard y Queiroz. Es evidente que nos encontramos ante los dos entrenadores más inesperados que hayan tenido Barcelona y Real Madrid en sus últimos veinticinco años de historia. El holandés fue el irremediable producto de una serie encadenada de descartes mientras que el portugués nació de la terquedad de la directiva madridista. El problema de Rijkaard es que él no puede tirar del inmenso talento individual que tiene Queiroz a su servicio. Nos puede dar una idea aproximada de quién está entrenando al Real Madrid de las nueve Copas de Europa el hecho de que el Manchester United pensara en Fernando Vázquez -actual técnico del Valladolid- como su posible sustituto. Si Zidane y Ronaldo o Beckham y Raúl tienen su día, ni siquiera el "desesquema táctico" de don Carlos puede impedir que el Real Madrid se lleve un triunfo de cualquier campo del mundo. Para Rijkaard es más complicado, porque el ingenio lo tiene reconcentrado en cuatro futbolistas como mucho, y sin Ronaldinho, lesionado, y con Kluivert ensimismado lo del Barcelona no tiene buena pinta, no.
 
Aunque Rijkaard insiste en que este es un partido como otro cualquiera lo cierto es que sus signos vitales indican todo lo contrario. Primero está lo de la concentración en Montanyá, evidenciando que el Barcelona se juega mucho más que tres puntos. Y luego están también las propias palabras del entrenador holandés que, obviados los monosílabos, ha dicho que sus futbolistas no pueden lanzarse alegremente al ataque porque "esto puede ser peligro". Si además observamos que ha entrenado con Puyol y Reiziger como centrales podemos deducir que el pobre Rijkaard no atraviesa precisamente por su mejor momento anímico.
 
Queiroz podrá contar con todos sus jugadores trascendentes. Y digo esto porque me resultó curioso el hecho de que alguien pudiera titular así la información del entrenamiento madridista: "Guti se pierde el derbi por lesión". Falso. Guti, futbolista absolutamente intrascendente porque él lo quiso así, lleva perdiéndoselo todo con el Real Madrid en los últimos diez años. El jugador madrileño dice con la boca que no le sienta bien ser suplente, pero luego con la mano firma un contrato hasta 2009 con un club en el que sabe a ciencia cierta que no le llegará su oportunidad. Guti tiene mentalidad de suplente (millonario, eso sí) y aceptará acompañar a Portillo y César mientras Florentino Pérez le ingrese puntualmente su mensualidad. No negaré que es una opción como cualquier otra.

En Deportes

    0
    comentarios