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Guillermo Rodríguez

Internet aguanta los varapalos

Ya conté aquí hace dos semanas cómo Internet se estaba convirtiendo en blanco de furibundos ataques. Velados, pero al fin y a la postre disparos al corazón de un medio de comunicación, ocio y conocimiento cuyo potencial todavía desconocemos. Y es que hay muchas formas de desprestigiar a la Red: poniéndola a caldo sin ningún tipo de contemplación, o de forma sibilina, es decir, publicando de tanto en tanto sus aspectos negativos destinados a denigrar, machacar y destruir sin que se note demasiado.
 
La mayoría de los medios de comunicación se ha decantado, desde siempre, por la segunda opción. El por qué de esa tirria es difícil de dilucidar. Puede ser porque lo morboso, sucio y escandaloso siempre llama más la atención, e Internet es un medio al que se le pueden sacar paletadas de lo peor sin demasiado esfuerzo.
 
Puede ser también, aunque esta justificación es menos creíble por su carácter conspirativo, que esta ojeriza se deba al miedo que ejerce sobre aquellos que siempre han campado por sus respetos el nacimiento de un competidor mucho más potente, versátil y atractivo. Internet ha irrumpido con demasiada fuerza, tanta que puede hacer tambalear edificios que creíamos férreamente construidos: prensa, radio y televisión se han topado de bruces con un fuerte competidor. Y eso nunca gusta.
 
Acceso.com acaba de publicar un clarificador estudio en el que pone, negro sobre blanco, el, podríamos decir, maltrato que han ejercido los medios de comunicación tradicionales (radio y televisión) sobre Internet. Se quiera o no, la imagen sobre la Red que estos medios ‘venden’ es fundamental a la hora de que los potenciales internautas se queden en eso, en potenciales.
 
El informe apunta que, entre el 1 de septiembre y el 15 de septiembre de 2003, el 20’58% de las informaciones emitidas en radio y televisión sobre Internet fueron alarmistas. Abordaron temas como “ataques informáticos, virus, pirateo, violencia, sexo o adicción a Internet”. Lo peor de lo peor, vaya.
 
En la otra cara de la moneda, la positiva, apenas el 19’11 por ciento de las informaciones emitidas en radio y televisión sobre Internet hacían referencia a sus múltiples cualidades. Este porcentaje se reduce a un 6’49 por ciento en el caso de las cadenas de televisión nacionales y supera el 11’6 por ciento en las informaciones que ofrecieron las radios.
 
¿Qué está pasando? Es incomprensible el continuo machaque al que, a diario, se somete a Internet (el informe aporta muchísimos más datos que lo corroboran) cuando, si se navega un poco, se descubre que los beneficios ensombrecen cualquiera de sus defectos.
 
Afortunadamente, el boca a boca, la curiosidad o la inquietud por probar un medio nuevo, han permitido que no se cercene la rapidez con la que la Red se ha instalado en los hogares españoles. Sí, en Internet hay pederastia, pero también puede cometerse en el piso de al lado y no por eso me voy a considerar la arquitectura un nicho de perversión. Las imprentas han dado títulos infames como Mein Kampf y no por ello deben quemarse, ni siquiera cuestionar su función. Del cine han salido películas que causan sonrojo, la televisión nos muestra la cara más casposa de la vida y desde la radio se han lanzado proclamas xenófobas. En todos lados cuecen las mismas habas.
 
Humo, puro humo es lo que nos venden la radio y televisión cuando hablan de Internet. Y daño, mucho daño es el que causan a un medio del que no sólo se valen, exprimen y bendicen en soledad, sino que tiene todas las papeletas para sobrepasarles en términos de audiencia y credibilidad. Ellos sabrán lo que hacen. El resto, que siga navegando.

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