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Víctor Llano

Che-mazares en el Granma

Los comisarios políticos que Castro hace pasar por periodistas sienten una especial debilidad por el coordinador general de Izquierda Unida. No pasan tres días sin que recojan alguna declaración del comunista español. Según la portada del Granma, "la VII Asamblea Federal de IU aprobó por unanimidad una resolución de respaldo a la lucha del pueblo cubano por mantener su soberanía". Por una vez, los agentes castristas no mienten. A juicio de Llamazares, "la dignidad permanente de Cuba, frente a las agresiones y el bloqueo de Estados Unidos, es un ejemplo que ha influido en el cambio político favorable a las fuerzas progresistas en América Latina". A este señor hace años que se le ha parado el reloj. El comunista asturiano insiste en hablar de bloqueo cuando ni siquiera los más afamados cómplices del coma-andante utilizan ya este término. En los últimos meses el gobierno cubano ha comprado en Estados Unidos alimentos por valor de más de 500 millones de dólares y ha firmado nuevos acuerdos que le permitirán adquirir en Norteamérica lo que es incapaz de producir. Che-mazares no puede desconocer este hecho, pero jamás le interesó la verdad cuando se trata de justificar los crímenes del que fue su anfitrión.
 
Como muchos de ustedes saben, la tiranía comunista le invitó hace años a realizar un Master en Gestión Hospitalaria en La Habana. Allí vio la luz. En alguna ocasión, compañeros suyos que, como él, van de ningún sitio a ninguna parte, sí han criticado un poquito que en Cuba se fusile a los que intenten escapar y se encarcele a los activistas de los derechos humanos; sin embargo, Llamazares jamás lo ha hecho. Él sabrá por qué. Según nos han informado, la Seguridad del Estado le siguió a todas partes mientras supuestamente ampliaba sus estudios en la Isla-cárcel. La videoteca del Máximo Líder cuenta con muchas cintas en donde aparecen personajes como Gaspar Llamazares. Quizás pronto podamos salir de dudas. Las películas que en la soledad de su alcoba devora Fidel Castro nos servirán para entender muchas cosas. Ojalá a nadie se le ocurra quemarlas.
 
El caso es que el líder de los comunistas españoles jamás denuncia el trato que reciben los más de cien mil presos que se hacinan en las más de doscientas cárceles de la Prisión-grande. Le interesa más la suerte que puedan correr los agentes cubanos condenados en Estados Unidos. ¿Pero qué otra cosa podíamos esperar del compañero de Javier Madrazo? Las víctimas de Castro que viven en España conocen mejor que nadie la admiración que sienten los comunistas españoles por su verdugo. Se preguntan por qué Llamazares no se quedó en La Habana. Quizás la respuesta esté en su afición por encabezar manifestaciones. Aunque admira mucho a Castro, sabe que éste no le permitiría manifestarse en La Habana. Y sin una pancarta su vida estaría vacía. Por eso no se quedó en Cuba. Lástima. ¿Qué le vamos a hacer? Pero por favor, que nadie queme las cintas del coma-andante.

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