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Alberto Míguez

Al fin un acuerdo sobre menores

Aunque el diablo está en los detalles y éstos, cuando se trata de negociarlos con Marruecos suelen ser un tanto complicados, sería ilógico o, más bien, absurdo no celebrar el acuerdo sobre repatriación de menores que los gobiernos de España y Marruecos acaban de firmar en Madrid.
 
Hace días escribí que este acuerdo sería la “prueba del algodón" para unas relaciones que estaban peor que mejor recomponiéndose y cuyo talón de Aquiles -además del contencioso sahariano, actualmente de imposible solución- seguía siendo la emigración clandestina.
 
El gobierno español renunció a resolver un capítulo clave de este problema, el de la repatriación de ciudadanos de “terceros países”, casi todos ellos subsaharianos: entraron en España ilegalmente procedentes de Marruecos pero el gobierno marroquí se negaba a "readmitirlos". El tema afecta a no menos de veinte mil personas que se han esfumado "en la naturaleza", es decir, que están en España o han pasado a Francia y otros países europeos, sin papeles, sin contratos de trabajo y dispuestos a vivir sobre el terreno..Marruecos se negó en redondo a readmitirlos alegando, entre otras cosas, que carece de medios para acogerlos y, a su vez, repatriarlos a sus países de origen.
 
El caso de los menores acogidos en instituciones españolas tenía también una carga política y social considerable. En algunas regiones -escribo desde Tenerife, donde sienten el problema migratorio en toda su complejidad y dramatismo- no había ni plazas para acogerlos ni dinero para alimentarlos. Y mucho menos capacidad para educarlos.
 
El gobierno marroquí, al asumir sus responsabilidades en este asunto, ha ido más allá de lo que muchos esperábamos aunque, repito, el diablo está en los detalles. Los menores que sean sorprendidos in fraganti “a pie de patera” cuando intenten entrar clandestinamente en España serán repatriados "inmediatamente" a Marruecos como se hace con los adultos.
 
El principal obstáculo que oponían hasta ahora las autoridades marroquíes, la localización de los familiares del menor, ha sido superado en las negociaciones entre los ministerios del Interior de ambos países. Las autoridades marroquíes serán las encargadas, según el nuevo acuerdo, de localizar a los padres de los menores pero en caso de que esta localización sea imposible o simplemente no tengan familia “readmitirán” a estos chicos y chicas sin que medie otro procedimiento. La repatriación, pues, será inmediata siempre y cuando lleguen irregularmente.
 
Si se tiene en cuenta que unos cinco mil menores marroquíes se encuentran ilegalmente en España y que el año pasado Marruecos “readmitió” apenas a 150 de los irregulares instalados en España, el nuevo acuerdo debería ofrecer resultados en las próximas semanas.
 
No sabemos qué es lo que España ofreció a cambio de las concesiones marroquíes, si es que hubo alguna contrapartida. Por de pronto las primeras voces han comenzado a levantarse en Marruecos por parte de las organizaciones de ayuda, acogida y caridad advirtiendo que no hay ni medios ni capacidad para lo que califican una "invasión" de menores. Y que España debe ayudar a su readmisión, es decir, habilitar fondos para su alimentación, educación y alojamiento. La UE ya donó el año pasado 40 millones de Euros pero obviamente la cantidad es insuficiente dado el número probable de repatriados. He aquí, probablemente, uno de los "detalles" que acompañarán a toda la operación.
 
Pero lo cortés no quita lo valiente. La firma de esta Acuerdo y las características generales del documento son una buena noticia. Para España y para Marruecos.

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