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Alejandro A. Tagliavini

Corrupción en el Senado

"Que triste es para la república y que odioso es para las buenas personas ver que aquellos que entran en la administración pública cuando son pobres terminan ricos y gordos en el servicio público", decía Juan de Mariana, jesuita y escolástico español (1536-1624), profesor en Roma, Nápoles y la Sorbona, autor de la “Historia general de España”.
 
El más reciente escándalo en Argentina que envuelve al Poder Ejecutivo y al Senado, surgió por la confesión de un ex secretario legislativo que reveló que, por encargo del gobierno presidido por Fernando de la Rúa (1999-2001), entregó dos maletas con dinero para el pago de sobornos por casi 5 millones de dólares a no menos de una decena de senadores, a cambio de los votos para aprobar una ley de reforma laboral, en abril de 2000. ''Es una bomba neutrónica que permitirá conocer cómo funcionaba el sistema político'', declaró Carlos Alvarez, quien renunció en octubre del 2000 a la vicepresidencia de Argentina en discrepancia por el tratamiento del caso de las ''coimas'' en el Senado. De la Rúa niega toda vinculación con el caso y acusa al actual gobierno de Kirchner de montar una campaña para desprestigiarlo, pero el denunciante pertenece al mismo partido al que pertenecía el ex presidente.
 
En cualquier caso, por la cita del siglo XVI de Mariana, se ve que la corrupción no es nueva y es sistémica en el Estado, no sólo en Argentina sino en el mundo. La violencia es contraria al orden natural, al modo en que se desarrolla la vida de manera natural, según Santo Tomás, Aristóteles y también según lo comenta Etienne Gilson. Es la corrupción de la naturaleza social humana lo que asoma su fea cabeza cuando la relación deja de ser voluntaria y pacífica. Ergo, cualquier organización basada en la coacción, como el monopolio de la violencia que caracteriza al Estado actual, es un agente de corrupción.
 
Un funcionario que tiene poder de coacción, que en algún grado ejerce un poder violento, como cuando tiene la facultad como fiscal de aduanas de decidir qué artículos pueden ingresar al país pagando o no aranceles, necesariamente terminará actuando de manera arbitraria. Porque la violencia es arbitraria, desde el momento en que la persona que la ejerce lo hace contra la voluntad de otro. En contraposición, lo normal, en las relaciones sociales, es la cooperación que implica la conformidad voluntaria de todas las partes involucradas; de allí la eficiencia, ya que cada parte obtiene lo que quiere. Por ejemplo, cuando usted compra una bebida significa que quiere hacerlo, pero también que el vendedor quiere vendérsela.
 
Las decisiones arbitrarias de los burócratas corrompen las relaciones sociales naturales y provocan  la presión del funcionario hasta lograr que la otra parte, bajo disgusto, busque algún modo "alternativo" de evitar la coacción. Resumiendo: más corrupto e ineficiente será un Estado cuanto menos respete el libre albedrío y cuanto más coacción ejerza sobre la sociedad. Así no llama la atención que tres índices (elaborados por organizaciones totalmente diferentes) coinciden en que los países más libres son los más competitivos y los menos corruptos.
 
Según el Cato Institute, Hong Kong es el país con mayor libertad económica, siguen Singapur y EEUU. Luego, Alemania (N° 20), México (N° 69), Argentina (N° 72), Brasil (N° 82). Chile es líder de libertad económica en América Latina, ocupando el puesto N° 15. Para Transparencia Internacional, Finlandia es el país más transparente, menos corrupto, con 9,7 puntos en una escala de 1 a 10, luego Dinamarca y Nueva Zelanda, con 9,5 puntos. Argentina empeoró bajando de 2,8 a 2,5 y quedando en el puesto 92, a partir de los gobiernos de Duhalde y Kirchner. El mejor de la América Latina es, de nuevo, Chile con una puntuación de 7,5 y el puesto N° 17. El mejor continente es Oceanía (9,1), luego Norteamérica (6,8), Europa (5,6) Asia (4,2) y América Latina (3,4). Para el Foro Económico Mundial, en el ranking de competitividad, Argentina bajó del puesto N° 49 en 2002 al N° 68 en 2003, entre 80 países. El líder es Finlandia, seguida de EEUU. Chile está en el N° 26, liderando de nuevo en América Latina. México 45, El Salvador 46, Uruguay 48, Brasil 52, Perú 54, Panamá 55, Venezuela 69, Nicaragua 90 y Paraguay 95.
 
En fin, aquello que es privado en Argentina —como las fincas, los productos rurales y el fútbol— anda bien, de hecho, Boca ganó el Campeonato Intercontinental consagrándose como el mejor equipo de fútbol del mundo.
 
© AIPE
 
Alejandro A. Tagliavinies miembro del Departamento de Política Económica de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas.

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