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Cristal Montañéz Joslin

La otra cara de la verdad

"La revolución no será transmitida" es una película -erróneamente calificada como documental- que fue premiada por el International Documentary Association (IDA) en Los Angeles y la fundación BANFF en Canadá. Juzgada por su carácter “histórico” y reconocida como el mejor documental del año, se trata más bien de la percepción personal y sesgada de sus productores, Kim Bartley y Donnacha O'Brien, sobre los dramáticos acontecimientos vividos entre el 11 y el 14 de abril de 2002 en Venezuela. Es en realidad una descarada presentación de falsedades que nada tienen que ver con la imparcialidad y objetividad que deben siempre caracterizar a un documental.
 
La película proyecta la crisis venezolana como una confrontación entre una minoría privilegiada, blanca y corrupta, contra una población mayoritaria negra o mestiza, pobre, sana y alegre, defendida por el presidente Hugo Chávez. Eso es falsear cínicamente la realidad venezolana, su historia y actual situación política. Así los productores han robado a la audiencia la oportunidad de conocer la verdad de lo ocurrido en mi país.
 
La película omite hechos históricos de innegable importancia para reconstruir sesgadamente los sucesos del 11 de abril, al igual que ignora situaciones públicas y notorias de alcance significativo para la correcta interpretación y documentación de los hechos narrados. Esto permite que se interprete más bien como un trabajo de propaganda política. De hecho, el gobierno de Hugo Chávez ya hizo diez mil copias en Cuba de esta producción para mostrarla por todo el mundo.
 
Los tanques de guerra que aparecen al comienzo de "La revolución no será transmitida" parecen ser parte del "golpe de estado oligarca supuestamente apoyado por los Estados Unidos". Lo que no muestra es que los tanques de guerras salieron a las calles de Caracas por órdenes del presidente Chávez para masacrar a la desarmada población civil que marchaba pacíficamente hacia el palacio presidencial de Miraflores para pedir su renuncia. El general de división Efraín Vásquez Velasco se negó a obedecer la orden presidencial de lanzar al ejército a las calles de la capital para masacrar al pueblo venezolano, bajo el denominado Plan Ávila
 
Y ¿cómo pueden los productores de la película ignorar el anuncio de la renuncia del presidente Chávez, hecha pública por el jefe de la Casa Militar, el encargado de la seguridad del presidente? El alto mando militar, encabezado entonces por el general Lucas Rincón –actual ministro del Interior de Chávez–, emitió una declaración por radio y televisión poco después de la medianoche del 12 de abril, donde anunció a viva voz: "...se le solicitó al Señor Presidente la renuncia a su cargo, la cual aceptó". (Ver: http://www.11abril.com/index/videos/abril_2002_1.asp) Lo que en realidad fue un vacío de poder es presentado y manipulado en la película como un clásico golpe de estado por los productores irlandeses. (Ver también: http://www.11abril.com/index/articulos/sentencia_tsj.asp).
 
La BBC de Londres, la ZDF de Alemania, RTE de Irlanda y la NPS de Holanda, entre otras, apoyaron la producción y promocionan la película. Esos conocidos noticieros no exigieron ninguna prueba de la investigación llevada a cabo, como sería de esperar de parte de grandes cadenas que desean proteger su reputación y credibilidad con la veracidad de la información que ofrecen a su audiencia.
 
"La revolución no será transmitida" presenta la percepción de sus productores basada, me imagino, en su propia ideología política. La película no proyecta ni lejanamente la verdadera situación política, social ni económica de Venezuela. La gran mayoría de los venezolanos buscamos una solución electoral y pacifica a la crisis de nuestro país, como fue pautado en la mesa de Negociación y Acuerdo, el 29 de mayo de 2003. Nosotros rechazamos la violencia y la agresividad generada por el gobierno de Hugo Chávez. También resentimos profundamente esta versión falsificada de nuestra historia reciente, que nada tiene que ver con los hechos y que, a través de irresponsables y poco profesionales manipulaciones de imágenes, intenta tergiversar los sucesos para con mentiras ganarle apoyo internacional al actual gobierno de Venezuela, odiado y despreciado por una franca mayoría.
 
© AIPE
 
Cristal Montañéz Joslin es coordinadora Internacional Recivex, International Venezuelan Council for Democracy (IVCD).

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