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Amando de Miguel

Anglicismos

De todos es sabido que “la lengua siempre fue compañera del imperio”. Nebrija se refería al latín; ahora es el inglés. Tampoco hay que oponerse por sistema a esa influencia, aunque sí a los abusos, a las ignorancias.
 
Me cuenta David García González que por la radio ha oído el verbo “realizar” en el sentido de “darse cuenta de algo” (to realize en inglés). Lamentable. Es uno de esos “falsos amigos” que nos vienen de la parla anglicana.
 
Nacho Asensio se desespera con el uso del verbo “reportar” en vez de “informar”. No es lo mismo. Aquí el barbarismo tiene algún sentido. “Reportar” quiere decir informar de una manera regular, determinada, de oficio. El Diccionario de dudas, de Seco, condena esa importación, pero el Diccionario del español actual, no tiene más remedio que admitirla. Un antiguo colaborador mío, cubano él, decía con mucha gracia “reportico”, para indicar el breve informe esperado en las relaciones de trabajo. No está mal. ¿Pues no decimos reportero y reportaje con toda naturalidad?
 
Roberto Lozano se escandaliza de que se oigan algunos plurales caprichosos, como “marroquís” (en lugar de “marroquíes”) o las letras “os” (en lugar de “oes”). Tiene razón; quizá sea una mala influencia inglesa. Sin embargo, no es razonable el ampliar la desazón a “menús” o “champús”. Esos dos plurales son correctos. Decir “menúes” o “champúes” más parece de algún personaje refitolero de Arniches. Otro plural que propone don Roberto es más discutible: “los Albertos”. En principio, más parece una fórmula inglesa que española, pero tiene su gracia, si el contexto es irónico. No se debe decir “los Felipes” para referirse a los reyes de la casa de Austrias con ese nombres. Sin embargo, lo de “los Albertos”, para aludir a los dos famosos financieros, primos entre ellos, es todo un hallazgo. En cambio, quedaría feo referirse a “los Botines”, por la familia de otros distinguidos financieros, los Botín. De todas formas, las reglas del plural admiten muchas vacilaciones. Por ejemplo, se queja también el comunicante de que se oye decir “esquís” (en lugar de “esquíes”, según él). Para mí valen las dos formas.
 
Para Alberto Hernández, de Ciudad Rodrigo, resulta un anglicismo apresurado lo de “corredor de la muerte”. Pues todo el mundo la entiende, ya que “corredor”, como pasillo o galería, es palabra perfectamente española. Es más, la voz inglesa “corridor” tiene una ascendencia latina clarísima (quizá a través del español). Para referirnos a las celdas en que los condenados esperan la aplicación de la pena capital, quizá sería mejor decir “galería de la muerte”. Pero lo de “corredor de la muerte” resulta aceptable. Lo que no se puede aceptar es la institución de la pena de muerte, pero ese es otro asunto más grave que ahora no nos compete.
 
Ramón Bassons Baña propone que se diga “autentificar” un documento, no “autenticar”, como se oye con frecuencia con un molesto anglicismo. De acuerdo.
 

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