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Ignacio Villa

A la sombra de la desesperación

No es ninguna exageración. Rodríguez Zapatero no deja pasar un día sin darnos una sorpresa. La última entrega –seguro que tendremos muchas más– es el anuncio a bombo y platillo de la creación de un "comité de notables", que no de sabios, para asesorar al secretario general del PSOE y para tener preparados ¿todos los mecanismos? en el momento en que Zapatero llegue a La Moncloa. ¿Triunfalismo o ingrenuidad? Ni una cosa, ni la otra: posiblemente estupidez. Sinceramente, no hay por donde coger la iniciativa. Ni se sabe para qué sirve, ni se entiende qué finalidad tiene, ni varios de los que están en ese "comité de notables" parecen los más indicados para asesorar a nadie en una campaña electoral, dura como pocas, y en la que el candidato socialista tiene todas las de perder.
 
Por cierto: ¿ya no valen los Caldera, López Aguilar, Chacón, Blanco o Rubalcaba? Con este sorprendente anuncio, ¿dónde se queda la renovación generacional de los socialistas? ¡Qué pronto ha jubilado a los de su propia generación, esos que le llevaron a la Secretaría general del partido! ¡Con que rapidez ha dinamitado a su equipo de "fieles"! Zapatero está como está por algo. No se aclara ni con los buenos, ni con los malos; no sabe por dónde le da el aire. Sigue avanzando hacia ninguna parte con la certeza de que en abril las cosas habrán cambiado y su futuro ya no estará en Ferraz.
 
Si ustedes hacen memoria y se remontan a enero de 2000, verán que la situación del Partido Socialista de Joaquín Almunia era mucho más saludable que la actual, y aún así pasó lo que pasó. El entonces secretario general del PSOE, después de haberse cargado a Borrell como candidato a la presidencia del Gobierno, vagaba de aquí para allá con banalidades e incoherencias, pactaba con la Izquierda Unida de Paco Frutos y permitía la desastrosa "coalición Balear" de Antich. Aquello era todo un poema, pero la situación interna en el PSOE estaba más cohesionada y sus iniciativas todavía permitían una cierta argumentación para defenderlas. Y con todo, si en el año 2000 fue la debacle, ¿cómo será el desastre en marzo de 2004?
 
Este "comité de notables", más que asesorar sobre los mecanismos del poder deberá realizar cursillos intensivos de "psicología postelectoral" para reanimar a un secretario general y a un partido socialista que estará por los suelos tras los comicios de marzo. No sé si este grupo de colaboradores de Zapatero será o no será un "Gobierno en la sombra", pero lo que está claro es que nace a la sombra de la derrota y de la desorientación. A la sombra de la desesperación.
 
Y los lunes, después de marzo, al sol.

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