La quinta edición de “Gran Hermano” ha concluido en el momento más oportuno, cuando el desgaste de los programas de “telerrealidad” está dejando en la estacada dos de las apuestas que en anteriores ocasiones dieron grandes audiencias a las cadenas que las emitían: “Operación Triunfo” y el propio “Gran Hermano”. TVE ha sufrido el mayor descalabro con el concurso de aprendices de cantantes. La Academia preparatoria para el festival de Eurovisión ha sido incapaz este año de mantener la atención de los telespectadores y sus participantes no han pasado de ser casi perfectos desconocidos.
Por su parte, “Gran Hermano” ha quedado a años luz de su primera edición, aquella que dio lugar a que Gustavo Bueno se parara a pensar sobre un fenómeno creado por Endemol que modificó los hábitos de programación en España. Después de 113 días de encierro, esta 5ª edición se ha situado justo al borde de la rentabilidad y ha dado a luz una ganadora que parece una creación de Latre, el humorista de “Crónicas Marcianas”.
Nuria, alias “fresita”, es una chica que parece un chiste, un personaje que ha estado llorando desde hace tres meses y que ha tenido la gracia de llamar la atención a los chicos de Sardá, tanto como para hacerle una caricatura diaria y rescatarla del anonimato. Si Aída ha sido la mala imprescindible de esta última edición de GH, capaz de competir en desvergüenza con el Matamoros de turno, Nuria es la tontorrona que al final se alza con el premio.
Sin embargo, aunque estemos asistiendo a una bajada del interés del público por este tipo de concursos, las cadenas se resisten a abandonarlos. Antena 3 está a punto de comenzar una nueva versión de “La isla de los famosos” y no hay que descartar que, en un futuro, “GH” vuelva, aunque sólo sea para colocar en los múltiples programas de tertulias y “reality shows” dos o tres personajes de refresco.
El año televisivo ha comenzado con un reforzamiento de las series de ficción, que, a pesar de no ofrecer grandes producciones, tienen una buena acogida, como es el caso de la mediocre “Paco y Veva” en TVE, “Manolito gafotas” en Antena 3 y las resistentes “7 vidas” y “El comisario” en Telecinco. Esta no es mala noticia para la industria audiovisual española, pero no parece que sea más que un factor estacional y no una tendencia que frene de manera definitiva los “realities” y menos los programas de cotilleo, hoy por hoy el mercado más rentable de las televisiones generalistas.