Menú
Rubén Osuna

Radiografía de la universidad

Cada seis años los profesores universitarios pueden solicitar que les concedan un "tramo" de investigación, por lo que consiguen un miserable suplemento económico. Tienen que obtener al menos 6 puntos para conseguir el tramo, y pueden presentar 5 trabajos de investigación.
 
Los criterios de valoración de esos trabajos son ahora objeto de polémica. La nueva Ley Orgánica de Universidades (LOU), aprobada a finales de 2001, exige un número mínimo de "tramos" de investigación para poder participar de ciertas actividades docentes o de participación de tribunales que controlan la promoción del profesorado, clave del poder en la Universidad. Los otrora despreciados "tramos" –mucho trabajo, poco dinero– se han convertido de pronto en el centro de atención de todos.
 
Para las disciplinas científicas hay unos criterios de valoración consensuados a nivel internacional. Existen listados de revistas que publican trabajos valorados de forma independiente y anónima. Esas revistas se ordenan en un ranking en función del impacto en la comunidad científica medido con las citas cruzadas, es decir, en función de cuántas citas reciben sus artículos en otras revistas. Publicar en ellas no es fácil. Unas pocas páginas en una de las grandes revistas tienen detrás muchas horas de trabajo especializado, compitiendo con los mejores investigadores del mundo por un espacio en las mismas.
 
Pues bien, recientemente ha estado circulando por las universidades una carta de protesta contra el sistema. El listado de firmantes (algo más de mil) es toda una radiografía de la universidad española.
 
Algunas universidades, la élite, aportan muchos menos firmantes que otras, y casi siempre en carreras universitarias o disciplinas acientíficas. Otras hacen valer su mediocridad con un buen montante de firmantes. En Economía se da algo curioso. Las disciplinas que han aceptado el método de trabajo científico aportan muchos menos firmantes que las de naturaleza "periodística" (pocas firmas hay de Fundamentos del Análisis, y muchísimas de Economía Aplicada).
 
Así pues, el problema está en las disciplinas no científicas, o en quienes quieren seguir a régimen de sopa boba, muy copioso en algunos casos. Son comprensibles las quejas que apuntan a la necesidad de hacer el procedimiento de concesión de "tramos" más transparente y objetivo. Siempre se puede mejorar, y el sistema establecido no es el mejor posible. Es lógico que allí donde no hay criterios consolidados, ni una tradición o una comunidad científica, la concesión de tramos sea más arbitraria, y eso abre la puerta a abusos. Muchos firman con su parte de razón y la mejor intención. Pero no nos engañemos, detrás de muchas de las firmas hay un sonoro "no" a un sistema que te obliga a trabajar duro. Un sonoro "no" al fin del paraíso en la tierra para los mediocres, intrigantes y vagos de la universidad española.

En Sociedad

    0
    comentarios