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Emilio J. González

Vacas gordas

Una de las máximas de los inversores es que cuando los movimientos de la Bolsa parecen no responder a lógica alguna, lo mejor es no hacerse preguntas y sumarse a la tendencia de las cotizaciones. Luego, ya se averiguará qué es lo que ha pasado y por qué los precios de las acciones se han movido como se han movido. Algo de eso está ocurriendo estas semanas en la Bolsa, y ya empieza a aparecer la respuesta.
 
Para sorpresa de muchos, el mercado de valores lleva subiendo sin parar desde principios de octubre, sin apenas correcciones y con una ganancia acumulada en el Ibex 35 de más del 20%. Un buen número de analistas contaba con que el alza se detuviera en diciembre, pero no fue así; luego estimaron que el parqué echaría el freno en enero y, por ahora, ha sucedido todo lo contrario. Pero lo más sorprendente, para quienes pensaban así, es que la subida del mercado de valores en las pocas semanas que han transcurrido de 2004 ha agotado buena parte, por no decir toda, de la subida que habían calculado para el conjunto del ejercicio. Y el mercado sigue sin corregir, como pensaban y como sugiere el análisis técnico que debería de pasar. Por tanto, han optado por aplicar el principio de sumarse a la tendencia y comprar a la menor ocasión que tienen.
 
Debido a ello, esta semana, la Bolsa española ha conseguido romper la resistencia de los 8.000 puntos con claridad y garantías y ahora el mercado se encamina a la búsqueda de los 8.300 puntos. Lo hace, además, paso a paso, con firmeza, sin el menor síntoma de debilidad y a pesar de un nuevo hundimiento del dólar frente al euro que puede hacer intervenir en cualquier momento al Banco Central Europeo para tratar de frenar la escalada de la moneda única.
 
Detrás de estos movimientos empiezan a aparecer las causas que explican este comportamiento que ha cogido por sorpresa y ha extrañado a muchos analistas. A lo largo de los últimos días, las principales casas de Bolsa y bancos de negocios del mundo han empezado a revisar al alza sus previsiones de beneficios y los precios objetivos de las empresas españolas que cotizan en Bolsa, revisiones en muchos casos significativas.
 
Por consiguiente, quienes argumentaban que los precios que estaban alcanzando las acciones parecía no corresponderse con la lógica ahora se encuentra que lógica había y mucha, puesto que han sido esas casas de Bolsa y bancos de negocios quienes han protagonizado las compras de las últimas semanas y quienes han impedido con sus operaciones que el mercado deje de subir.
 
De hecho, con las nuevas estimaciones de beneficio por acción para el año que acaba de iniciarse, y a los precios de cierre del viernes 23 de enero, el PER de muchas acciones se encuentra en torno a 12, lo que supone una rentabilidad de más del 8%, que invita abiertamente a que la Bolsa sigua subiendo a lo largo del ejercicio, sobre todo si se confirma la fortaleza de la recuperación de Estados Unidos y de Alemania que anticipan los indicadores macroeconómicos de ambos países que han ido publicándose a lo largo de enero. Parece que empiezan otra vez los tiempos de vacas gordas en el parqué.

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