Para sí quisieran la crisis del Real Madrid los otros diecinueve clubes de Primera División. Paco Real, representante del Valencia en el sorteo de los cuartos de final de la Copa del Rey, me dijo en "El Tirachinas" de Madrid que Rubén Baraja le había confesado que ellos querían que les tocara el Madrid. Craso error el suyo porque del Real Madrid hay que huir como si de la mismísima bicha se tratara. Parece que no entraba en el guión ché la posibilidad de que los madridistas pudieran hacerles una escabechina en el estadio Santiago Bernabéu y afrontar así con cierta tranquilidad el partido de vuelta. El 3-0 del miércoles pilló con el paso cambiado a los chicos de Rafa Benítez y eso lo han pagado ante Osasuna. Ya he oído al técnico valencianista quejándose de la falta de refuerzos y, tímidamente, de los arbitrajes: "llegaremos hasta donde podamos", ha dicho Benítez. Si la diferencia de puntos aumenta entre ambos equipos, arderá Troya en Valencia. Al tiempo.
Por otro lado, en Barcelona andan tan desesperados que una pírrica victoria por 0-1 en Sevilla les sirve de excusa a los diarios deportivos catalanes para hablar de "¡reacción!"... El equipo de Rijkaard está a cuatro puntos de la Champions League y a quince de su eterno rival. En cuanto a Kluivert, en "El Tirachinas" del domingo empezó a mostrar idénticos síntomas a los que sufrieron antes que él otros futbolistas importantes del club: desconfianza hacia la directiva, desánimo, abatimiento y unas ganas locas de salir pitando de allí. ¿Reacción, dicen? Lo que necesita el Barcelona es acción inmediata porque hace cuatro temporadas que no levantan cabeza.