El Documento Marco con el que el PSOE ha dado a conocer su programa electoral para las próximas Elecciones Generales apenas contiene unas líneas sobre el tema de la defensa. Así, de los doce capítulos dedicados al papel de España en el Mundo es el más breve el que se dedica a exponer una “nueva” política de defensa y seguridad, calificativo que se suele utilizar cuando no se tiene mucho que decir.
A esta escasa atención a los temas de defensa se suma una gran vaguedad en los compromisos contraídos. Se habla así de “modelo realista de profesionalización basado a la calidad”, que en lenguaje más claro significa una drástica reducción de los efectivos de nuestros ejércitos. Por otro lado, los tres grandes elementos de transformación de las Fuerzas Armadas serían un “Plan Global de Calidad de Vida”, un “Servicio de Apoyo al Personal” y una “Ley de Derechos y Deberes”. Es decir, se trata de que ese reducido grupo de soldados vivan muy bien, aun a costa de no tener ninguna capacidad de combate, sobre lo que no se dice una palabra.
El segundo elemento de la política de defensa socialista es supeditar nuestra defensa a una Defensa Europea, comprometiéndose en todas las iniciativas europeas en marcha, pero olvidando totalmente la dimensión nacional de nuestra defensa. Pero, más allá de la retórica del documento marco, lo cierto es que cuando al líder socialista se le ha preguntado cómo iba a financiar cualquiera de sus propuestas sociales al tiempo que pretende reducir impuestos siempre ha contestado que evidentemente a costa de reducir los gastos militares. Con estas premisas, los efectos de una victoria socialista sobre nuestra defensa podrían ser catastróficos.
GEES: Grupo de Estudios Estratégicos