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Ignacio Villa

Zero Patatero

La primera impresión al estudiar con detenimiento la campaña del PSOE es que tiene un serio componente de infantilidad: parecen una pandilla de amigos que buscan divertirse jugando a ser mayores. Están como niños con zapatos nuevos, encantados de haberse conocido, pero sabedores de que les quedan muy pocas horas de un sueño que terminará bruscamente el 14-M. Eso sí, están dispuestos a aprovechar al máximo hasta el último minuto, divertidos e ingenuos, a la espera del batacazo final.
 
Esa infantilidad en grado sumo se plasma sobre todo en Pepiño Blanco. Como un colegial resabiado y cantarín repite sin alma un rosario de ataques e insultos al Partido Popular, suponemos que buscando la risotada fácil de los amigotes presentes, porque es difícil conseguir nada más serio en términos electorales. Blanco ha sido el lamentable encargado de presentar la campaña electoral del PSOE y ha quedado claro que en la calle Ferraz siguen empeñados en dar la batalla con el tema de los debates electorales entre Rajoy y Zapatero.
 
Sinceramente, es incomprensible. Sobre todo cuando el secretario general del PSOE no ha levantado cabeza en ningún debate parlamentario durante la presente legislatura, cuando era vapuleado semana tras semana por el presidente Aznar en las sesiones de control, y cuando ha sido incapaz de dibujar una oposición parlamentaria seria y estable. ¿No tiene suficiente con lo recibido durante estos años en el Congreso? Pues parece que no, porque vuelve a tropezar en la misma piedra. Aunque es cierto que en un debate electoral Mariano Rajoy tiene poco que ganar, desde luego Zapatero tiene todas las papeletas para hundirse. La experiencia así lo indica.
 
En fin, Zapatero irrumpe estéticamente en campaña entre el rojo histórico y el gris de la mediocridad, entre la ingenuidad del "Zapatero Presidente" y la colección de "tonterías" del desaparecido Blanco. Porque Pepiño llevaba muchos meses escondido de los micrófonos y ahora, sin duda, entendemos el porqué. Si el PSOE no quiere hundirse antes de comenzar formalmente la campaña electoral deberá hacer desaparecer cuanto antes a este elemento. En cuanto se pone delante de tres micrófonos y dos cámaras se le va la olla y empieza a soltar una lista de insultos y juegos de palabras que sólo provoca compasión por tanta incompetencia.
 
"Zapatero Presidente", o "ZP" en su fórmula abreviada, es el lema que los del PSOE nos quieren meter hasta en la sopa durante las próximas cuatro semanas. Desde luego, el "ZP" puede terminar convirtiéndose en un "Zero Patatero" contundente gracias a intervenciones como la de Blanco. Con esta gente no se puede llegar ni a la tienda de la esquina. Y Zapatero tiene toda la responsabilidad en ello.

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