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Amando de Miguel

Al decir será el reir

Me permito reproducir un saleroso párrafo de Conchita Fernández: “Lo siento, yo he sido estudiante y presidente y  hasta cliente, y tengo parientes en muchos sitios, aunque reconozco que soy bastante impaciente. Cuando las pendientes, las rasantes, secantes y tangentes dejen de serlo, yo dejaré de ser impertinente e impenitente. Saludos”. Se agradece la ironía. El lector inteligente habrá comprendido la reprimenda por mi aceptación de “clienta” o “estudianta”. Entiendo que la variante en –nta puede hacerse con palabras que designen personas, no cosas. Por eso tenemos afrentas, cornamentas, herramientas y tormentas, que no permiten masculinizarlas. Pero, en cambio, hay sirvientes y sirvientas, parientes y parientas, asistentes y asistentas, regentes y regentas, clientes y clientas. De todas formas, sobresaliente para doña Conchita, que no “sobresalienta”.
 
Acepto humildemente la reconvención de Humberto Romero Gil sobre mi trabalenguas: “¿Que cómo como y dónde como?”. Por lo visto al “que” le puse un acento, contagiado por el signo interrogativo. Está bien sin la tilde. Otra vez los duendes de los ordenadores. El mejor escribano deja caer un borrón. En ese caso el programa de corrección ortográfica del ordenador se empeñó en poner un acento a “que” en cuanto vio el signo de interrogación. Los dichosos programas siempre me han parecido bastante cretinos.
 
No sé si afirmé que la famosa frase “Los muertos que vos matáis / gozan de buena salud” no proviene del Tenorio. Carmen Felgueroso insiste, entonces, sobre el verdadero origen de la frase. El que más ha investigado sobre el particular es Jaime Campmany. Su tesis es que el origen está en Corneille. Para mí que es una frase hecha que se pierde en la noche de los tiempos literarios. Es decir, ignoro su origen. Tampoco se me alcanza por qué tanta gente supone que la ha oído en el Tenorio. Tampoco escribió Cervantes “con la Iglesia hemos topado”, sino “con la iglesia hemos dado”, que no es lo mismo, sobre todo en la intención. Las citas atribuidas a diferentes autores formarían un grueso tomo de falsedades. Sin ir más lejos y mejorando lo presente, a mí me han atribuido a veces la afirmación de que “La Universidad es una fábrica de parados”. Simplemente tengo un libro con ese título, pero en el prólogo se explica que la frase es de Joaquín Costa, nada menos. Por crítica que sea la situación de la Universidad hodierna, no se justifica el famoso dicho.
 
Francisco Muños de Escalona se queja de que yo haya caído en el topicazo de asegurar que los sevillanos dicen en serio “ustedes vosotros”. Pido perdón. En efecto, muchos sevillanos dicen lo de “ustedes vosotros”, pero es de guasa, para reírse de ellos mismos. Es una forma admirable de humor, quiero decir, lo de reírse de uno mismo.
 
He aludido al madrileñismo “mejorando lo presente”. José Miguel González Villena me señala lo extraño de esa expresión, que parece indicar lo contrario de lo que indica. No es tal sino una manifestación del alambicado sentido del humor de los madrileños. Cuando ponderan alguna virtud de una persona ausente, para que el interlocutor no se sienta ofendido por la implícita comparación, añaden: “mejorando lo presente”. También se puede decir “mejorando lo presente” cuando uno se compara con alguien más encumbrado. Es un giro que tiene su gracia por lo retorcido y ambiguo, vamos, muy madrileño. A mí me gusta emplearlo en son de guasa, como el “ustedes vosotros”.
 

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