La televisión da siempre las mismas noticias, pero en estos tiempos de mudanza es entretenido ver la actitud y la cara que se tiene al dar la información. Los informativos de TVE ya empiezan a estar plagados de signos que anuncian cambio. Se ve en las caras serias de algunos presentadores de telediarios o en las sonrisas más o menos disimuladas de algunos informadores. Las islas Canarias han sido foco de atención este fin de semana, desde allí asistimos al paseo de Rodríguez Zapatero y a la crónica de Georgina Cisquella que, más exultante que en los últimos días, mandaba una crónica del festival de cine de Las Palmas con un alegato pacifista de Mía Farrow y una proclama anti-Bush de su hijo.
Por su parte, Ángela Rodicio, también desde las Islas Afortunadas, volvía a la vida civil, después de que la pillaran con irregularidades contables, dando una conferencia en la que subrayó que sus crónicas no gustaron en la TVE del PP. Quizá por eso decidió quitarse las penas en las tiendas. Baltasar Magro, en un Informe Semanal dedicado casi en exclusiva a los acontecimientos de los últimos días, presentó los reportajes con media sonrisa, en un estilo de medida prudencia que anuncia continuidad.
El afán de revancha en los pasillos de la cadena pública se masca, pero cualquiera sabe que no se puede empezar entregándose a las pandillas internas si se quiere tener un control de la información y de la maquinaria contractual.
Zapatero ya ha anunciado que pondrá un director provisional en TVE. Puede que recaiga en alguien sin perfil político o que echen mano de alguien que conozca la casa, como un García Candau, que está con Bono en la televisión de Castilla-La Mancha. Esta es una de las incógnitas del futuro Gobierno.
Como el balance de TVE en los últimos años no ha podido ser más decepcionante, con la pérdida de espectadores, el deterioro de la programación y el aumento de la deuda, la música celestial de un control parlamentario del ente público da un margen de maniobra al próximo Ejecutivo, aunque ya tenemos experiencia de lo que suele dar de sí el legislativo en estos asuntos: muchas comisiones, ponencias y humo.
El PP ha salido del poder con la intención de asumir la deuda de TVE y poner “el contador a cero”, cosa que aliviará a los que llegan, que no han diseñado un plan de saneamiento económico. Tampoco ha habido Ley del Audiovisual y, entre las grandes cadenas, sólo Telecinco ha ganado en cuota de pantalla en el último año.