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Ignacio Villa

Las reglas de Rajoy

De los nombramientos realizados por Mariano Rajoy en el nuevo organigrama del Partido Popular, se perciben varias señales de comportamiento. Pero, por encima de todo, destaca un mensaje: Mariano Rajoy asume el liderazgo del partido a todos los efectos y con todos los efectos. Es decir, Rajoy está dispuesto a asumir la presidencia del PP, a liderar el camino de la oposición, pero lo hará con su gente, con su estilo y con sus formas.
 
Mariano Rajoy ha dicho que sí está dispuesto, pero que no acepta hipotecas de equipos antiguos, no admite imposiciones de nombres en otros tiempos "imprescindibles" y no asimila maneras de otras épocas. Rajoy acepta liderar el PP para lo bueno y para lo malo, pero lo va a hacer con su gente de máxima confianza. Rajoy se lanza al ruedo, pero con la condición de hacer las cosas a su manera. Esa es la regla de oro de Mariano Rajoy, y desde luego nadie podrá llevarse a engaño. Las cartas están encima de la mesa desde el primer minuto de juego.
 
El equipo elegido por Mariano Rajoy, desde luego, responde a todos los efectos, a estos parámetros. El actual secretario general ha escogido a los que ha querido. Una elección que tiene todas las papeletas para que sea un éxito. De Angel Acebes, nuevo número dos del PP, se pueden decir muchas cosas buenas; pero es sobre todo es un político honrado y coherente. En todo caso, Acebes ha demostrado cuando fue coordinador general del PP que conoce y controla el partido por dentro. No es efectivamente lo que se ha llamado un "político-espectáculo", pero es eficaz y conoce perfectamente las cañerías de toda la estructura de los populares.
 
Por su parte, Eduardo Zaplana reúne las características que tiene que tener un portavoz parlamentario. Ha estado en la oposición y en el poder, es correoso y fajador, no tiene complejos y entiende la política como una carrera de largo recorrido. Es el perfil idóneo para la travesía del desierto. Por último, Pío García Escudero irrumpe en un escenario ya conocido para él como el Senado, pero deberá dejar su carácter tranquilo para cambiarlo por una necesaria agresividad opositora. Las buenas formas del Gobierno deberán quedar para más adelante.
 
Dicho esto habrá que añadir que en el Partido Popular se acabó lo que se daba. Empieza una nueva etapa desde la oposición. Es cierto que la oposición es dura, pero el Partido Popular tiene un excelente equipo. En la medida en que los dirigentes populares crean en sus propias posibilidades y recursos tendrán la capacidad para dar la vuelta a la situación. Sí quieren, pueden; pero deben de aterrizar ¡ya¡ en su nueva situación y lanzarse al ataque. El primer paso necesario, ya se ha cumplido. Mariano Rajoy ha nombrado a su equipo. Ahora tendrán que ponerse a trabajar sin coche oficial y sin gabinete telegráfico. El Partido Popular puede hacerlo bien, pero tiene que convencerse de ello; y hacerlo cuanto antes.

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