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Ignacio Villa

Comienza la "etapa Rajoy"

Mariano Rajoy ha cerrado este lunes la confección de su equipo, del equipo que tendrá que pilotar la oposición del Partido Popular durante esta legislatura. Desde luego la lista de coordinadores con que Rajoy cierra el núcleo duro de Génova se convierte en un equipo de su estricta confianza. Rajoy ha escogido a los que ha querido sin ninguna limitación. Es evidente que ha comenzado a todos los efectos, para lo bueno y para lo malo, la "etapa Rajoy" en el Partido Popular. Y el actual líder de los populares ha dado prioridad a una cuestión: quiere un equipo con su gente, con experiencia y con buen entendimiento.
 
De todos los nombramientos realizados por el actual secretario general, llama la atención el nombre de Carlos Aragonés. Aragonés será el adjunto al presidente del PP, encargado de las relaciones con los grupos parlamentarios, no tendrá funciones ejecutivas en el organigrama del partido, pero se sitúa en una atalaya imprescindible para conocer todos los detalles de lo que pueda pasar en la calle Génova. Carlos Aragonés, mano derecha de Aznar desde la oposición, vuelve a ser llamado para un puesto estratégicamente muy importante, en un momento también muy importante. Aragonés vuelve al aparato de Génova por una decisión personal de Rajoy, y no por ninguna imposición. Con esa incorporación, el actual secretario general del PP enriquece la parcela de contenidos y mensajes de su equipo; con este nombramiento, pretende reforzar el armazón ideológico de su trabajo. Con Aragonés, Rajoy apuesta por el trabajo hecho y al mismo tiempo apuesta por un equipo compacto. En este sentido, no hay que olvidar la excelente relación, por ejemplo, entre Aragonés y Zapalana. Rajoy quiere una maquinaria engrasada y con buena sintonía entre todos sus mecanismos. Parece que ha querido dar prioridad a esa condición.
 
Por lo demás, con estos nombramientos el nuevo equipo del Partido Popular en la oposición se cierra definitivamente. Y ya es el momento de ponerse a trabajar. De trabajar a fondo y sin cuartel. Los millones de votantes del PP esperan ya los frutos de ese trabajo. Quizá por el momento no aflorarán a la superficie; pero sí desde el principio comienzan a diseñar estrategias claras y contudentes llegarán los resultados antes de lo previsible. De todas formas esta actitud tiene un claro condicionante: el PP deberá ser consciente de que se han bajado del poder. Ya no hay coche oficial, hay oposición. Una nueva situación que deberá ser asimilada cuanto antes, por el bien de todos.

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