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Guillermo Rodríguez

¿Burbuja? No, prudencia

La burbuja reapareció. Buena parte de las noticias tecnológicas de la última semana incluían esta palabra maldita, aquella que retrotrae a la peor época de Internet. Los más reacios a que vuelva a producirse una sobrestimación de los valores de las empresas de Internet se llevaron las manos a la cabeza al leer el acuerdo entre Kelkoo y Yahoo! Desde el año 2000 no se cerraba una compra de esta magnitud. Cuatro años después, ¿volvemos a las mismas? ¿Se está inflando una nueva burbuja?
 
En absoluto. El acuerdo suscrito es anecdótico y muy pocos analistas contemplan la posibilidad de que se repita. La alianza parece más bien un nuevo paso en la férrea determinación de Yahoo! por liderar el sector de los buscadores. Con el consentimiento de Google, por supuesto.
 
El boom de los valores tecnológicos en el año 2000 se produjo por el frenesí adquisitivo y de alianzas de las empresas puntocom, cierto. Pero también se debió al precio desorbitado que alcanzaron las compañías que salieron a Bolsa. Los 157 euros que se pagaron por una acción de Terra en febrero de 2000 sí inflaron la burbuja; los 550 millones de euros que desembolsó T-Online por el portal español Ya.com siete meses después apenas contribuyeron a ello. Los cibermillonarios se forjaron, sobre todo, en el parqué.
 
Más que analizar los movimientos de compras y fusiones en el sector tecnológico para saber si se está creando una nueva burbuja, cabe echar un vistazo a la Bolsa, máxime cuando este miércoles se cierra el primer trimestre fiscal de 2004. Según la firma Thomson/First Call, el 37 por ciento de las compañías ha confirmado que mejorará sus resultados. El 45 por cierto, por el contrario, ha optado por mantener la cautela y no emitir señal alguna. Pueden sorprender, para bien o para mal.
 
A pesar de que estas previsiones mejoran las realizadas en el mismo periodo del año anterior, no parece que el Nasdaq se dé por aludido. La bolsa tecnológica de Nueva York cae en lo que llevamos de año un 2 por ciento, cifra que asciende al 9 por ciento si se compara con el pico registrado a finales de enero.
 
La modorra del Nasdaq se justifica por la existencia de dos filosofías entre los analistas. A unos les preocupa que ninguna de las grandes del sector (Microsoft, AMD, Yahoo! o Sun Microsystems) haya ofrecido señales de hacia dónde irá su primer trimestre fiscal (callan, luego algo malo esconden). Así las cosas, prefieren tomar partido a mediados de abril, cuando se hagan públicos los resultados del primer trimestre. En el lado contrario se sitúan los que no dudan que el primer trimestre concluirá con crecimientos generalizados en las cuentas, situación que se repetirá, incluso a más, durante el segundo. El problema, sostienen los defensores de esta tesis, llegará a partir del tercer trimestre y se hará más patente durante el cuarto, cuando muchos resultados trimestrales tiendan a la baja.
 
Esta disparidad de criterios encierra un punto en común: la cautela. A los inversores ya no les queman las acciones en las manos. La prudencia se ha adueñado del parqué y operaciones como las de Kelkoo y Yahoo! se contemplan como un movimiento típico del sector.
 
Las burbujas se crean por una confluencia de factores. El hecho de que se haya producido una operación empresarial como las que definieron el año 2000 no debe alterar los nervios de los inversores. A pesar de algún movimiento brusco en las políticas de alianzas, el Nasdaq se mueve, sí, pero sin aspavientos.

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