No hemos tenido que esperar mucho. Miguel Ángel Moratinos ya ha anunciado que su gobierno no “tensará” las relaciones con la tiranía castrista. ¿Qué otra cosa podían esperar los cubanos del gobierno de Bambi? Aunque en un principio no creemos que se esfuerce en cambiar la posición común que a iniciativa de José María Aznar adoptó la Unión Europea respecto a Cuba, dudamos mucho que dentro de muy pocos meses no le obliguen a acercarse a Fidel Castro y a los que pretenden heredarle. Zapatero no sabe decir no. Serán muchos los que le presionen para que ofrezca diálogo al coma-andante. Si en España se somete al chantaje de los terroristas autores de la matanza del once de marzo, ¿quién puede exigirle que se enfrente al Máximo Líder? Le exigirán lo contrario. Llamazares, Javier Madrazo, Miguel Ángel Martínez Martínez, Rovireche y otros muchos no tardarán en pedirle que ofrezca una salida a los verdugos que quieren heredar la Isla de los cien mil presos y de las doscientas cárceles.
¿Cómo va Moratinos a “tensar” las relaciones con Castro si el eurodiputado socialista Martínez Martínez preside en el Parlamento Europeo el grupo de amistad y solidaridad con Cuba? ¿Cómo va Zapatero a reconocer a los cubanos su condición de víctimas de la peor de las tiranías si Caldera insiste en la patraña del bloqueo y en reconocer los logros de la robulución? No hace mucho Felipe González declaró que siente angustia por la posición de Castro, ¿que le impedirá entonces exigirle a Bambi que corra en su auxilio? Pero si incluso después de que el Monstruo de Birán asesinara a tres negritos los socialistas españoles se negaron a retirarle la medalla de oro del senado. Medalla que ellos mismo le concedieron en 1987 cuando Castro ya llevaba 28 años matando y robando a mansalva.
Quiera Dios que nos equivoquemos, pero por lo que sabemos hasta ahora nada bueno pueden esperar los cubanos del nuevo gobierno español. Caldera no dudó en acusar de ser de extrema derecha los que hace un año se concentraron en la Puerta del Sol para denunciar los crímenes del coma-andante. No es fácil que ahora haga algo por los que considera fanáticos manipulados por la mafia de Miami. Aún recordamos cómo Calderilla abandonó la concentración de Sol sin pronunciar una palabra. Sólo estuvo allí de muy mala gana y para cubrir el expediente. Si entonces no se atrevió ni a criticar un poquito al coma, no creemos que lo haga hoy cuando ya casi nadie en España recuerda la última ola represiva. Y es que los socialistas españoles estarán siempre más cerca de Fidel Castro y de Hugo Chávez que del presidente de Estados Unidos. ¿Cuándo han visto ustedes a Pancartero manifestarse junto a las víctimas de Castro? Nunca. Ni lo verán. La guerra de Cuba -en la que miles de españoles murieron o perdieron todo lo que tenían- no le motiva lo suficiente. La de Irak, sí. La de Castro, no.