Menú
EDITORIAL

Guerra y deshonor

La Comisaría General de Policía Científica ha logrado reconstruir totalmente el mensaje que los terroristas del 11-M habían grabado en una cinta de vídeo, hallada en el piso de Leganés donde los suicidas provocaron la explosión. En ella se vuelven a dejar patentes dos cosas: una, que la intencionalidad política de los autores de la masacre madrileña fue la de acabar con el Gobierno del PP, y dos, que no se contentan con que Zapatero retire las tropas españolas de Irak si no lo hace tambien de Afganistán. Textualmente los terroristas anuncian que "Tras comprobar que la situación no ha cambiado y después de que vuestro nuevo gobernante anunciase la apertura de su mandato con más lucha contra los musulmanes y el envío de más tropas cruzadas a Afganistán, las Compañías de la Muerte y Ansar Al-Qaeda han tomado la resolución de seguir la senda de la bendita yihad y la resistencia".
 
Los que han logrado manipular a la opinión pública occidental y, nutriendo la apología que Al Qaida hace de sí misma, culpan a la intervención aliada en Irak del terror islámico que nos sacude, cometen la grosera desfachatez de situar como causa algo que es cronológicamente posterior a ese supuesto efecto terrorista. Los terroristas islámicos atentaron contra nosotros antes de que ningún occidental fuera a combatirlos en Afganistán o en Irak. Podemos intentar huir de esta evidencia —y de hecho es lo que han hecho y siguen haciendo algunos medios de comunicación españoles—hundiendo la cabeza en la tierra o reclamando cobardes protectorados a lo Carod Rovira. Sin embargo y aunque, por temor al terrorismo islámico, no nos sintamos parte y solidarios con ese mundo occidental que el islamismo quiere arrasar; aunque los españoles digamos a los terroristas “Ustedes no quieren a los judíos ni a los norteamericanos, de acuerdo, pero nosotros tampoco. Antes de atentar contra EE UU —o de Israel —, sitúense en el mapa”, los terroristas nos seguirán viendo como enemigos, como parte de ese mundo libre que ellos llaman “cristiandad”.
 
Los que quisieron y siguen queriendo apaciguar a los terroristas retirando nuestras tropas de Irak, ahora podrían recapacitar al ver que los terroristas no se contentan con que salgamos de ese país con el rabo entre las piernas. Lo que no sabemos es si por fin reconocerán con él su equivocada pero  —gracias a ellos — dominante tesis de tratar de contentar a los que no se iban a contentar. Bin Laden ya anunció que combatiría al lado de Sadam Hussein si occidente se atrevía a intentar derrocarlo, pero los medios de comunicación han seguido y siguen insistiendo en presentar como un extraño a los terroristas islámicos a un genocida que no dejó nunca de apoyarlos y financiarlos. ¿También nos vamos ahora a retirar de Afganistán? ¿También lo haríamos de España cuando nos reclamen Al Andalus?. Los terroristas, como todo movimiento totalitario, pinchan y, si notan blando, siguen y seguirán profundizando. Que pinchen, es responsabilidad de ellos; que no nos noten blandos, es una responsabilidad que todos nosotros deberíamos exigirnos a nosotros mismos. Nos va la vida —y la libertad- en ello.
 

En España

    0
    comentarios