Menú
Encarna Jiménez

Defensa de Bono

Todavía no se ha hecho público cuánto tiempo le queda a Carlos Dávila como director de El tercer grado, pero es de suponer que la entrevista que le hizo a José Bono, ministro de Defensa, el miércoles en “La 2” de TVE sea una de las últimas que realice el periodista para la cadena pública.
 
Con el desembarco de la nueva dirección es previsible que todos aquellos que han sido considerados adláteres del Partido Popular tengan que hacer las maletas como Urdaci. Por otro lado, tiene cierta lógica que Bono, encargado de cubrir la cuota de patriotismo español en el Gobierno, no haya tenido inconveniente en abrir las puertas de su ministerio para recibir a un entrevistador que no suele poner en aprietos a sus interlocutores.
 
En la media hora que dura el programa, la vuelta de las tropas de Irak que anunció Rodríguez Zapatero en cuanto llegó a la Moncloa fue el asunto fundamental, pero no podía dejar de citarse, aunque fuera tratada de forma breve, la repercusión de los actos de la toma de posesión del nuevo ministro que ha llevado a políticos catalanes a calificar de “falangista y casposo” al ministro. La asistencia de Raphael, Rouco, Antonio Gala y Pedro J. Ramírez, al que se olvidó de citar Bono, entre los invitados a los actos del lunes excitó tanto a algunos políticos que convirtieron al ministro de Defensa en el pararrayos de la izquierda independentista. 
 
Bono tenía muy claro que debía dedicar el grueso del espacio a defender la política del Gobierno subrayando que no era ministro para defenderse él de insultos u opiniones contrarias y, tras un elogio a Cataluña y una defensa del nombre de España, se empleó con desparpajo en argumentar la retirada de las tropas de Irak y las decisiones del Gobierno en esta materia.
 
El nuevo ministro, que ya acusa en las bolsas de sus ojos el esfuerzo de su primera semana en el Gobierno, empleó todas sus armas dialécticas de político populista para vender las actuaciones del Gobierno socialista, algo que hace con bastante más eficacia que Federico Trillo, su antecesor en el cargo. Si para Trillo los últimos meses fueron casi su tumba, Bono se dispone a asumir un reto complicado del que puede salir convertido en un ministro controvertido pero con una gran popularidad.
 
Lo que sí quedó claro en una entrevista en la que el invitado llevó la voz cantante es que la política es una pasión y un veneno que lleva a asumir retos personales casi sobrehumanos. José Bono es un polítco de raza y un demagogo eficaz para el que El tercer grado de Carlos Dávila es un paseo cómodo.

En Sociedad

    0
    comentarios