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Transcurridas casi veinticuatro horas desde que Hristo Stoichkov interviniera en El Tirachinas de la Cadena Cope, les prometo que sigo sin saber si Florentino Pérez le dio la mano a Jorge Valdano, si fue éste último quien se la dio al presidente del Real Madrid, quién rió, quién sonrió, quién lloró o quién simplemente hizo "mutis por el foro". El ex futbolista azulgrana, hoy incorporado de pleno derecho al cuerpo técnico del Fútbol Club Barcelona, le masculló algo a José Antonio Abellán en un "búlgaro-castellanoide" o "catalán bulgarizado" que yo, que asistía en directo al programa como contertulio, no conseguí descifrar en su momento, y aún ahora, como reconocía abiertamente al principio de este artículo, casi veinticuatro horas después de que aquello aconteciera, sigo sin conseguir aclarar.
 
Mi compañero Quique Guasch dio quizás en el clavo cuando dijo lo siguiente: "Stoichkov es Stoichkov", como queriendo dar a entender que a Stoichkov o bien le admitías como era o simplemente te olvidabas de él. A Stoichkov, genuino representante de eso que algunos denominan "inteligencia emocional", se encargaron ya de darle un toque en la directiva y por eso no seré yo quien hurgue más en la herida. Lo que me gustaría saber es el nombre del guapo que reprenderá a Beguiristain, quien, exultante por el triunfo de su equipo en el estadio Santiago Bernabéu, dijo eso de que "ya era hora de que el Barcelona fuera el equipo de Gobierno". Y todo porque ZP puso un 1-2 en la porra del Congreso. Torpe Gobierno, en cualquier caso, ese que sólo es capaz de asegurarle a su equipo la tercera plaza de la Liga. O uno es el equipo del Gobierno con todas las de la ley o de lo contrario se queda en casita calentito. O se lucha por la Champions o no se lucha.
 
Otro clásico que ha vuelto es Jesús Gil y Gil. Ya dábamos cuenta aquí mismo el otro día de sus andanzas reeditadas. Y es que parece que por don Jesús Gregorio no pasen los años, ni las ganas de armar trisca. El "niño" se limitó a decir que ya conocía a Gil, y éste se lo tomó como una cuestión personal y dijo a los cuatro vientos que a ver si Torres se pensaba que había llegado al nivel de Ronaldinho. Yo creo que, si le dan tiempo, Fernando superará el nivel del brasileño, pero ya resulta innovadora la forma que tiene el máximo accionista del Atlético de Madrid Sociedad Anónima Deportiva de quitarle valor al único futbolista exportable del club. ¿Mi consejo para Gil?... Cuide a Fernando Torres. Mímelo. Arrúllelo. Cántele una nana (la de la cebolla no, que es muy triste) si ello fuera necesario, porque, hoy por hoy, es el único valor seguro que posee. Puede que no sea el "capitán de las estrellas", pero o vende Torres o vende Santi Denia. La nana es suya.

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