Menú
Ignacio Villa

Una vez, pero no más

El viaje que está realizando José María Aznar a los Estados Unidos, no es ningún secreto, está causando un profundo malestar en la dirección del Partido Popular. Un malestar provocado por la inoportunidad de una gira que puede producir un daño evidente en las perspectivas electorales del PP en las próximas europeas. Con este viaje se crea un precedente nada bueno entre las filas populares. Y aparece en el horizonte el fantasma de un ex-presidente que va por libre, que hace y deshace según le parece y que se olvida que durante un largo tiempo sus actividades y sus declaraciones tienen y tendrán una importante repercusión mediática.
 
Es verdad que Aznar ha dejado el poder. Es pues un ciudadano libre y su agenda depende de él. Pero también es cierto que sigue siendo presidente del Partido Popular y que Aznar sabe perfectamente que en época electoral tiene que ser muy cuidadoso con todo lo que haga. No se trata de renunciar a ningún principio, es más se trata de fortalecer su gestión al frente del Gobierno durante ocho años. Todo lo que sea estropear el trabajo del sucesor y de su equipo será perjudicial para la imagen y para el balance de la "etapa Aznar". En política se habla de contenidos, de los que no se discute una coma; pero también están las formas y en ese terreno una equivocación puede tener un coste muy alto.
 
Aznar se ha equivocado con este viaje. Una equivocación grave, pero también es muy grave que la corte de nostálgicos del poder que están aposentados en sus cercanías no se hayan dado cuenta del traspiés. Una vez, pero no más. Un error que debe de servir de experiencia para que no se vuelva a repetir. Aznar, que ha sido ejemplar a la hora de dejar el poder no puede estropearlo ahora de mala manera. Apoyar el nuevo proyecto del PP, apoyar a Mariano Rajoy significa desaparecer de verdad; pero sobre todo significa no provocar interferencias en el Partido Popular.
 
Mariano Rajoy necesita todo el apoyo. Y por lo tanto, Aznar debe de acoplarse a las necesidades del partido. Puede ser que el ex-presidente del Gobierno, después de lo ocurrido el 14-M, sienta la necesidad de demostrar la verdad de lo que pasó en España aquellos días. Pero esa necesidad, lícita y normal, no puede ir en contra de su propio partido. El Partido Popular debe guardar como un tesoro la unidad y la cohesión, sería una pena que las primeras grietas aparecieran tan pronto. Este viaje del ex-presidente no ha sido un acto de deslealtad hacia el Gobierno de Zapatero, como les gusta decir a los socialistas. Pero sí es un gesto políticamente equivocado, que hace daño al PP y deteriora su imagen en un momento delicado. En política también se debe rectificar, y esta es una de esas ocasiones.
 

En España

    0
    comentarios