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Rubén Loza Aguerrebere

Kirchner cumplíó un año

El presidente Néstor Kirchner ha cumplido el primer año de su mandato en Argentina. Luces y sombras han marcado el tiempo transcurrido. Cuando se destaca su debilidad (no ganó la primera vuelta y accedió al cargo sin que su rival, Carlos Menem, se presentara a la segunda vuelta) se pasa por alto su evidente vocación por el poder, mostrándose en tal sentido, en más de una oportunidad, casi intransigente. Cabe mencionar que en estos doce meses ha firmado 61 decretos de “necesidad y urgencia”, por lo cual, de seguir, así alcanzará un récord difícil de superar. Y es que se ha ido alejando de su partido, el justicialismo, así como del ex presidente Duhalde (su progenitor político), para ir acercándose a las tendencias de izquierdas, con una política marcada por aristas populistas y mediáticas buscando convertirlas en su sostén.
 
Hasta ahora, en verdad, ha podido mantener alta popularidad. Sin duda, ello se debe a la recuperación económica que ha mostrado Argentina, que se ha visto beneficiada por las mejores en el contexto externo. Vale decir, subida de precio de commodities, a lo que debe agregarse, por cierto, la negativa a pagar las deudas más importantes.
           
En cuanto a las sombras, éstas han comenzado a hacerse notar. Ha bajado el precio de la soja: China ha disminuido sus compras. A esta situación, se suman factores climáticos adversos, que han influido negativamente en la cosecha de granos, la que se verá en consecuencia desvalorizada en unos dos mil millones de pesos. Y, en cuanto a la crisis energética, y a pesar de que Argentina tiene petróleo, las imprevisiones y la demagogia del gobierno han impedido las imprescindibles puestas al día, razón por la cual, ahora, se ve obligado a disponer de importantes sumas del superávit ostentado. No se sabe a cuánto ascenderá lo que  utilizará en la creación de esa nueva empresa estatal (Enarsa), cuyo destino los más optimistas ignoran y los pesimistas, adivinan... Respecto del muy citado superávit, cabe destacar, asimismo, que el ministro Lavagna ha preparado un dossier (que estudiará en su gira europea el presidente Kirchner) relacionado con el destino del mismo, y donde, al parecer, poco se habla de la posibilidad de mejorar la propuesta de pago a los acredores.
 
Tampoco han funcionado las relaciones con las provincias; en este sentido, cabe recordar que, en un plan de reorganización acordado con el FMI, el gobierno central debe enviar a las provincias una cuota de lo recaudado, lo que por ahora no se ha concretado. Por último, digamos que hemos leído sobre algunas intervenciones de Kirchner en un referédum a realizarse en Bolivia por el gas, de la misma manera que constatamos, en su afán de mirar con un ojo para fuera, su muy clara adhesión al candidato de la izquierda de Uruguay, todo lo cual forma parte de esa idea kirchneriana de que el Cono Sur se aleje del liberalismo para participar, sin divergencia alguna, de la misma fábrica de sueños... Ya  pasó un año.
 

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