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Ignacio Villa

El día negro del Gobierno

Los miércoles, más concretamente las sesiones de control, se han convertido en la jornada negra del Gobierno Zapatero. Cada semana, cada miércoles, el Partido Popular acorrala sin compasión a todo el Ejecutivo socialista. Primero fue el secretario general del PP, Mariano Rajoy, quien ponía contra las cuerdas al presidente del Gobierno; pero es que ahora también son Ángel Acebes y Eduardo Zaplana los que vapulean a la Vicepresidenta primera del Gobierno. Sin compasión, con toda la artillería pesada, Acebes y Zaplana ponen en evidencia a la que tendría que ser la "mano ejecutiva" de Zapatero. Y es que María Teresa Fernández de la Vega podrá tener muchas virtudes políticas –por el momento no se perciben– pero desde luego lo suyo no es la dialéctica parlamentaria. Está tensa, ofrece la cara política más amarga y se muestra incapaz de responder con solvencia a los reproches de la oposición. A este paso la Vicepresidenta se buscará excusas para no aparecer los miércoles por el Congreso. Tiempo al tiempo.

Lo que parece claro es que el Partido Popular ha encontrado la "vía de agua" del Gobierno. El punto flaco que necesitaba para hacer oposición. Y mire usted por dónde, ha resultado ser el propio Parlamento. ¿Qué puede hacer un Gobierno que se siente humillado semanalmente en el Congreso? ¿Qué imagen puede ofrecer un Ejecutivo incapaz de responder a la oposición en sus deberes semanales? El Gobierno Zapatero está quedando en evidencia semana tras semana en un terreno en el que debería avasallar. El Gobierno socialista está ofreciendo la cara más pobre e indolente en un lugar donde todo tendría que ser fuego de artificio. El Partido Socialista está quedando bajo mínimos en el escaparate más estruendoso y más comentado. El talante Zapatero se está encontrando con sus peores miserias en el peor escenario posible. Y sólo llevamos mes y medio de gestión.

Desde luego que el Partido Popular ha marcado bien su terreno parlamentario. Por el momento el Congreso de los Diputados, aunque le pese a Pérez Rubalcaba, es propiedad del Partido Popular. Y no hay visos de que cambien las cosas. Eso sí, en las filas populares no debería haber mucho afán de protagonismo. Ahora lo importante es trabajar en equipo, engrasar la maquinaria y ser constantes. El boquete está abierto. Hay que mantener una insistencia tozuda. Los miércoles se han convertido en el día negro del Gobierno. Y si no, que se lo pregunten a Fernández de la Vega.

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