Menú
Miguel Ángel Quintanilla Navarro

Moratinos y el detonante

El ministro de asuntos exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha afirmado que la decisión del gobierno de Zapatero de retirar las tropas de Irak fue el “detonante” de la nueva resolución de la ONU sobre este país. Según la versión del ministro, la diplomacia socialista habría conseguido algo realmente fantástico: hacer existir la resolución de la ONU mediante el novedoso método de afirmar categóricamente su imposibilidad. Notable, ciertamente, y triste para los españoles, que, de ser cierta esta historia, habrían sido engañados deliberadamente por el presidente del gobierno en el momento mismo de tomar posesión.
 
No obstante, a la espera de que el señor ministro nos aclare los detalles de tan admirable contribución a la vida internacional, podemos interpretar lo sucedido de una manera ligeramente diferente. Quizás, la verdad sea que los contactos desarrollados por el gobierno de Zapatero “al más alto nivel” revelaron una alta probabilidad de que sí hubiera resolución sobre Irak antes del 30 de junio –resolución que tanto la Administración Bush como los Estados europeos necesitaban–, lo que seguramente habría obligado a España a mantener sus tropas. Esa posibilidad –tener que reconocer que Aznar no fue un loco sino un pionero– aconsejó a Zapatero proceder a la retirada inmediata y a toda velocidad, para que quedara claro que “no quedaba ningún soldado español en Irak” antes de la aprobación de la nueva resolución. En el fondo, no sería algo tan raro, se trataría sólo de la versión exterior del rupturismo que el PSOE patrocina en la política interior: tocar al PP es quedar contaminado de franquismo o de imperialismo. Por no hablar del coste electoral de reconocer que el PP tenía razón.
 
Pero lo más grave de esta explicación alternativa a la propuesta por el ministro Moratinos, es que Zapatero habría subordinado a los intereses de su propio partido principios y valores esenciales: el interés nacional, la verdad que debe al electorado, y la vida y la prosperidad de los iraquíes, en cuya defensa han dado su vida varios de nuestros compatriotas. Nuestro gobierno sigue considerando que murieron por una causa injusta e ilegítima, pero a sus familias les quedará, al menos, el agradecimiento que ha mostrado el nuevo presidente de Irak a quienes han liberado a su pueblo de la tiranía de Sadam Husein, que, entre otras cosas y según la ONU, en los últimos años costó la vida a más de 60 niños iraquíes cada día. Por supuesto, también les quedará el agradecimiento y la admiración de algunos de nosotros.

En España

    0
    comentarios