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Algunos columnistas, pocos, han notado con razón que Tony Blair era el gran ausente de las ceremonias del 60 aniversario del desembarco aliado de Normandía . Bueno, estuvo allí, pero no se le hizo ni caso. Todos los honores fueron para Bush, para teatralizar la rendición de Chirac manifestada poco después con el voto unánime sobre Irak, en el Consejo de Seguridad. Después, el invitado de honor fue Schröder, algo que nada tiene que ver con el desembarco, y sus cariñosos abrazos con Chirac me hicieron pensar en el matrimonio homosexual celebrado por Noel Mamère, ese mismo fin de semana en Bègles. Si el papel fundamental de los USA en la victoria contra el nazismo es evidente, convendría no olvidar que, en 1940, el Reino Unido resistía solo frente a ese nazismo que se había comido a toda Europa. Y fue desde Inglaterra que partió la "invencible armada" que desembarcó en Normandía. Claro que la Alemania de hoy no es nazi y eso desde hace muchos años, pero me pregunto si eso autoriza a Schröder a figurar entre los vencedores. Y ya que en los discursos oficiales se hizo referencia a la ayuda tan valiosa de los USA en las dos guerras mundiales, recordaré que en 1914, Alemania tampoco lo era, y hablar de triunfo de la democracia en ambos casos me parece exagerado.
 
Pasando a la situación de Francia, me extraña que los sabotajes de los funcionarios de EDF no parezcan indignar a nadie. Descontentos por un "cambio de estatuto" previsto y temiendo perder sus privilegios y por una prudente apertura del capital de ese monopolio estatal impuesta por Bruselas con todo cinismo, los electricistas organizan nada menos que cortes de electricidad paralizando estaciones de ferrocarril, aeropuertos, barriadas, etc.
 
Aparte de la ilegalidad de esos sabotajes, aparte de las mil molestias causadas a viajeros y a ciudadanos, pueden ser muy peligrosos y pueden temerse accidentes porque no se corta de repente y por sorpresa la electricidad en un país como Francia sin peligro. Y los sindicatos, tan ufanos, anuncian que van a proseguir sus sabotajes y el Gobierno no hace nada para impedirlo; hasta que se produzcan las primeras víctimas, es de suponer.
 
La campaña electoral para las europeas dormía tranquilamente la siesta cuando los políticos se despertaron sobresaltados: "¡Si se vota el domingo!" Entonces, se ponen a hablar por los codos, mítines, artículos, intervenciones por radio y televisión, para intentar convencernos de que estas elecciones son muy importantes, que el futuro Parlamento europeo tendrá más competencias que el actual, que hay que votar. Les quedan pocos días para convencer .
 
Un reciente sondeo confirma que va a ganar la abstención, 49 %, luego viene el PS y sólo en tercer lugar la UMP seguida por la UDF. O sea que aunque más modestamente, se confirma una mayoría para el PS, como en las regionales. No será por su brillante campaña en torno a la "Europa Social", sino sencillamente porque el Gobierno Raffarin es impopular. Francia está condenada a los "cortes de electricidad".
 
 

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