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Empiezo a entender por qué David Horowitz, uno de los fundadores de la New Left norteamericana en los sesenta, que ahora reparte estopa contra la vieja izquierda –ya no hay otra- desde su diario en la red, Frontpage Magazine, incluye en su currículum la condición de defensor de los derechos de los hombres blancos. Ello además de los consabidos, y menos consabidos: negros, mujeres, gays, cristianos, judíos y musulmanes. En Estados Unidos la ofensiva del feminismo radical y “genderista” ha tenido tiempo de dar sus frutos. Aquí podemos imaginar la cosecha que se prepara viendo lo de allí y observando la calidad de la semilla patria.
 
La agencia titulaba así la noticia: Un centenar de mujeres piden con flores al CGPJ que no “dinamite” la ley de malos tratos. ¡Con flores! El detalle establece un curioso nexo entre el estereotipo femenino tradicional y el que difunden las feministas radicales, y que defienden hoy, por la cuenta electoral que les trae, ciertos políticos. Pero si uno bajaba del titular, el panorama era menos floral. Las manifestantes corearon consignas poco rosáceas, como ¡estamos hasta el culo de tanto tío chulo!, y ¡vosotros, machistas, sois los terroristas! Y cantaron una cancioncilla que decía: “Vamos a quemar el CGPJ por machista y patriarcal”. Lo de las flores era verdaderamente cursi, pero para gustos hay colores. Lo demás, lo siento, hermanas, se da de bofetadas con esa imagen de la mujer conciliadora y jamás agresiva –”no habría guerras si mandaran las mujeres”- sobre la que os gusta teorizar.
 
Aunque algunos terroristas, como los islamistas, son machistas, no todos los machistas son terroristas. Tal vez, las manifestantes estén confundidas acerca de lo que es y no es el terrorismo, ya que algunas de las presentes en el acto floral han rendido pleitesía a viejos terroristas como Yasir Arafat y fueron hasta Bagdad para darle ánimos a Sadam, que es sabido que rellenaba sus misiles de perfume de rosas. En cualquier caso, los señores del CGPJ a los que se dirigían con el apelativo, sean o no machistas, desde luego no son terroristas. Aunque “dinamiten” el proyecto. Sólo se han atrevido a discrepar con una ley que quiere aprobar, corre, corre, el gobierno, entre otras cosas, porque consagra la desigualdad, que es lo contrario de lo que han defendido siempre las mujeres.
 
Pero si el vocal del CGPJ que redactó el informe contra la ley es “conservador y connotado miembro del Opus Dei”, como dijo el nuevo adalid del feminismo, Jesús Caldera, todas las flores sobran, salvo las carnívoras. Pues al ser del Opus el señor, cae por su propio peso que el informe está, como dijo la portavoz feminista, “cargado de ideología”. El proyecto de ley, no. Nada de eso. Cuando se parte de que es “la cultura machista o sexista” lo único que explica la violencia, y se aplica la ley sólo a la violencia que mantiene la discriminación, la desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, eso no es ideología. Es la purita verdad.
 
Por ello, la manifestación no era un acto intimidatorio ni agresivo, ni nada parecido a un simulacro de linchamiento, sino una terapia auxiliar para los vocales del CGPJ. Como dijo la portavoz, Ángeles Álvarez: para ayudar a los jueces a tomar conciencia de la realidad del problema. Toma flores.

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