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Alberto Recarte

Pluralidad sobre la vivienda

Hacía tiempo que no hablaba Miguel Sebastián, el auténtico hombre de confianza de Zapatero para la economía. Y, como no podía ser menos, en un solo día hemos tenido tres versiones, socialistas todas, sobre la situación en el mercado de la vivienda. La ministra del ramo, la Sra. Trujillo, dice que los altos precios han expulsado a las familias españolas del mercado. Es verdad que hay precios altísimos en muchas zonas, pero como todavía ha habido más dinero, más familias que nunca son propietarias de sus viviendas en España. Probablemente el 92% de las familias son propietarias –quizá el porcentaje más alto del mundo– y todavía subirá más, en la medida en que terminen de sentirse los efectos derogatorios de los arrendamientos forzosos de la actual ley de arrendamientos urbanos. Por otra parte, la señora ministra ha pasado de asegurar viviendas, a asegurar actuaciones, a prometer soluciones habitacionales y, ahora, a anunciar una prórroga. Típica actuación-cuota. No sin antes asegurar que habrá dinero público para arrendadores y arrendatarios. Aunque, positivamente, ha hablado de subir los módulos de las vivienda de protección oficial, una medida imprescindible para que se construyan más.
 
Por su parte, Miguel Sebastián asegura, aparentemente con seriedad, que una causa determinante de la subida de precios de la vivienda –a la que no llama burbuja–, es el mantenimiento de desgravaciones fiscales a la compra, decidida por el PP en 1998. Vayamos por partes; en primer lugar, el régimen de desgravación del PP es mucho menos generoso que el que vino a sustituir, éste del PSOE, que llegó a incentivar, incluso, la compra de segundas viviendas. En segundo lugar, estoy de acuerdo con él en que ninguna desgravación es buena y que los impuestos, sobre todo el IRPF y el de sociedades, deberían ser más bajos y neutrales. En tercer lugar, dar esa importancia a las desgravaciones en la evolución del precio de la vivienda o es un error o es desconocimiento o es política de la mala. Según consta en los presupuestos generales del Estado el coste de las desgravaciones fiscales por compra de vivienda supondrá en 2004 alrededor de 3.000 millones de euros. Es probable que el valor de las viviendas terminadas es este año supere ampliamente los 120.000 millones de euros. Estamos hablando de un peso de la desgravación fiscal en torno al 3% del valor de mercado de las viviendas. Y aunque, a nivel personal, las desgravaciones fiscales pueden ser determinantes, a nivel global son irrelevantes –estamos hablando de 3.000 millones de euros anuales– como causa o determinante del nivel de los precios de mercado.
 
Ha habido una tercera intervención, llena de sensatez, de Solbes, en la que habla de un conjunto de causas para explicar la subida del precio de las viviendas –que, en mi opinión, ha tocado techo e incluso ha comenzado a reducirse en algunas zonas– la más importante de las cuales ha sido el descenso de los tipos de interés y la facilidad de acceso al crédito hipotecario. Y de lo de la Sra. Trujillo, que “ya veremos”. Muy en su línea; que cada vez dudo más que sea la de Rodríguez Zapatero.
 

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