Pasan las semanas, pasan los meses; y el ministro del Interior del Gobierno Zapatero sigue desaparecido. Y no es que no tenga su cuota en los medios de comunicación. Para nada. José Antonio Alonso aparece y reaparece en escena cada dos por tres, pero es como si fuera un cero a la izquierda. No facilita información, sólo despeja balones y como mucho engarza varias frases seguidas que nos dejan donde estábamos. Sobre el Ministerio del Interior se ha echado una persiana opaca, cerrando todo posible ventanuco para la luz y la claridad. Con Alonso en Interior ha desaparecido todo recuerdo de información y de claridad, en un lugar, donde se habían olvidado los tiempos grises de la guerra sucia contra ETA.
Y no deja de ser paradójico que desde el Partido Socialista y su entorno mediático, desde hace meses, se critica al Gobierno de Aznar y a su ministro del Interior de haber manipulado la información en los atentados del 11 de marzo. Dicen que Acebes manipulaba, pues desde luego no se que habría sido de nosotros con José Antonio Alonso en el Ministerio del Interior durante los atentados del 11 de marzo. La situación de este hombre no es sostenible mucho tiempo más. No afronta los problemas, no da cuenta de ellos en el Parlamento, no informa correctamente a los medios de comunicación, no transmite seguridad y confianza en la lucha contra el terrorismo. En resumen una auténtica ruina.
En cambio, lo que nos encontramos ahora en el Ministerio del Interior son filtraciones y más filtraciones, se utiliza el despiste como estrategia política, se evita ofrecer información, se escabullen de cualquier responsabilidad y lo que es más grave: no se percibe por ningún lado una política seria y consistente. Alonso ha llegado al Ministerio del Interior en un momento en el que el terrorismo etarra pasa por uno de los peores momentos de su historia; y hasta el momento no ha sabido transmitir una gestión política eficaz contra el terrorismo islámico.