Viernes tras viernes, Consejo tras Consejo las evidencias se hacen incontestables. Este Gobierno no gobierna. Se dedica a gestionar cara a la galería buscando trapos sucios del pasado donde no hay trapos sucios; y haciendo anuncios sin contenidos que no llevan a ninguna parte. El Ejecutivo Zapatero se dedica a llenar de literatura la política, una actitud de efectismo puro pero que no deja nada en beneficio de los ciudadanos.
El Gobierno de Zapatero está llegando a las vacaciones veraniegas arrastrándose entre medidas que no son medidas, advertencias que se convierten en amenazas y una seria dificultad para enviar a los ciudadanos un mensaje claro de credibilidad, fiabilidad y consistencia. El presidente del Ejecutivo ha conseguido algo realmente difícil: formar un Gobierno gris, distante y frío con los problemas de los españoles. Una realidad que bandean como pueden. Unas veces se refugian en los formalismos de Zapatero, en otras ocasiones anuncian como algo inmediato iniciativas que no tienen calendario y casi siempre se dedican a levantar alfombras del pasado que no tienen nada escondido. Una estrategia que no tiene sentido político, carece de eficacia alguna y tiene un carácter fuertemente revanchista.