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EDITORIAL

El PSOE y su comisión de ocultación

La comparecencia del ex director de la Policía, Agustín Diaz de Mera, no sólo ha servido para que quede de nuevo en evidencia la honestidad y buena fe del Gobierno del PP en su labor informativa sobre los atentados del 11-M , sino también para destacar la necesidad de seguir investigando la autoría de la masacre y las posibles conexiones de ETA. Díaz de Mera, que informó de la existencia de “dos policías desleales” que suministraron información intoxicada al PSOE, aseguró que el Gobierno del PP no mintió durante el día 11 y posteriores, sino que "fueron otros los que mintieron y contaminaron a los ciudadanos para influir en las elecciones generales".
 
Muy distinta ha sido, por el contrario, la intervención de su sucesor en el cargo, Victor García Hidaldo, quien, aunque no haya podido negar que el Gobierno del PP transmitiera en todo momento la información que se le hacía llegar, sí se ha mostrado contrario a averiguar una posible intervención de ETA en los atentados. Para el nuevo Director de la Policía y viejo militante socialista vasco, no existe  “ningún fundamento, indicio ni utilidad " para abrir una línea de investigación en este sentido. Y eso, a pesar de que se dispone de información, por cartas interceptadas a la banda, que pone de manifiesto el deseo de ETA, ya desde después del 11-S, de establecer una colaboración operativa con grupos terroristas islamistas “siempre que no incluya el préstamo de un terrorista suicida”. Cuando se sabe que los proveedores de explosivos se movían en el entorno de ETA, cuando se sabe que la “caravana de la muerte” etarra partió el mismo día hacia Madrid que los explosivos que transportaban los islamistas, cuando se sabe que esos terroristas o transportistas de ETA fueron detenidos en las proximidades de Moratá de Tajuña —donde curiosamente sabemos ahora que se hallaba el cuartel general de los terroristas islamistas y el lugar de sus trapicheos— , cuando se sabe que hay un documento clasificado como secreto en las que se refleja que Josu Ternera el 14 de febrero amenazaba con que “los españoles se van a enterar de lo que somos capaces”; cuando se sabe todo esto, ¿nos quiere hacer creer el nuevo Director general de la Policía que ni siquiera hay “indicios” y que no sería de “utilidad” averiguar las posibles conexiones del 11-M con ETA? ¿No sería de “utilidad” para quien? Si no lo es para el partido al que pertenece el nuevo Director de la Policía, desde luego sí lo es para la inmensa mayoría de los españoles.
 
Para colmo, el PSOE y sus aliados han rechazado este jueves la petición del PP de pedir, aunque sea "con carácter voluntario", los listados de mensajes telefónicos enviados por determinados dirigentes del PSOE en la violada jornada de reflexión en la que tantas sedes del PP fueron acosadas.
 
Los socialistas también se han opuesto a que se desclasifiquen toda la documentación del CNI en relación con el 11-M; se han opuesto a que se de a conocer, aunque sea en sesión secreta, el contenido de los párrafos tachados en los informes que la comisión pudo analizar el pasado día 13; también han rechazado junto a sus socios la comparecencia de alguien tan clave en esos días, como el ex secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa; finalmente se han opuesto y se siguen oponiendo a que comparezcan ante la comisión los confidentes, comparecencia que, tras exigirla el miércoles los propios sindicatos policiales, la reclamaba también el jueves el propio ex Director de la Policía.
 
Ante este verdadero boicot a la comisión de Investigación por parte de los socialistas no basta con las protestas de Pujalte y del Burgo, y, desde luego, sobra el silencio de Rajoy. Hay que poner condiciones -y fechas para que se cumplan- para no contribuir a la farsa que se denuncia.

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