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Infatigable Zapatero

Primero fue la negociación que nunca llegó a ser sobre Gibraltar; después vino la visita de la princesa Ana a Gibraltar; luego el amarre del submarino nuclear Infatigable; ahora la visita del ministro de Defensa, Geoff Hoon... Pocas han sido las ocasiones de un país como el Reino Unido de mostrar la falta de sintonía con el Gobierno de España. Pero en buscarse la enemistad de nuestros principales socios y aliados hay que reconocer que Zapatero ha sido infatigable.
 
La retahíla de decisiones del Gobierno socialista que han ido en detrimento de Londres son bien conocidas. Pero siendo eso grave, lo peor es el balance que hacen de las mismas y de los cien primeros días de gobierno de Zapatero: la agenda bilateral se ha reducido a su mínima expresión. Aún más, parece que sólo quedan los temas controvertidos, como el mismo de Gibraltar. Pero, como indican en Londres, atrás han quedado los días de una agenda positiva para el mundo y, sobre todo, para Europa. Con Madrid desinteresada de la Agenda de Lisboa y volcada en la llamada Europa social, las ocasiones de solapamiento político se reducen progresivamente. Con el basculamiento español hacia Francia, la capacidad de coincidir en asuntos de política exterior y de seguridad aún caen todavía más bajo.
 
En los círculos políticos de Londres, la España de Zapatero ha dejado de resultar interesante. Ya no tiene miedo o celos de una España con unos líderes más próximos a Bush que los suyos propios, sino que la brecha abierta entre Madrid y Washington, insalvable en el medio plazo, coloca al Reino Unido de nuevo como el único aliado fiable de Norteamérica.
 
Por otro lado, la capacidad de liderazgo en Europa también se nos niega en la actualidad, toda vez que no es necesaria una cooperación estrecha con Madrid para saber qué piensa o cómo va a reaccionar ante determinados temas de la agenda europea. A Londres le basta con mirar y buscar en París.
 
Sólo una nación que mira desde la superioridad se permite la lista de pequeñas –aunque importantes simbólicamente – afrentas cometidas en las últimas semanas en Gibraltar. Aunque algo hay que concederle a Blair: que lo que les hizo Zapatero en Irak y en el Índico, retirándose de la coalición y de la operación Libertad Duradera, tenía un alcance y un significado mucho más grave en lo inmediato. No hay que extrañarse, pues, de los pequeños enfados. Lo que sí es preocupante de verdad es que no nos consideren nadie en la escena internacional.
 
GEES, Grupo de Estudios Estratégicos

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