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Encarna Jiménez

Esperanza

La gran esperanza de recuperación de TVE, tras un trimestre calamitoso, está puesta en la retransmisión de los Juegos Olímpicos de Atenas. Los niveles de calidad de la programación en las cadenas generalistas están en un punto tan bajo que convertir a TVE en un canal temático con deportes sin parar en “La 2” y resúmenes sin descanso en “La primera”, hasta pueden significar un alivio para los telespectadores.
 
Cuando Caffarel tomó el mando de TVE se encontró con un acontecimiento que era una golosina, nada menos que la boda del Príncipe Felipe y Letizia, sin embargo el resultado fue bastante desastroso. Entre la lluvia, las decoraciones del Ayuntamiento de Madrid y la realización de Javier Montemayor se arruinó la gran oportunidad de presentar un espectáculo a millones de espectadores de todo el mundo.
 
Ahora vuelve a sonar el “gong” para la cadena pública y surge la posibilidad de que TVE juegue mejor sus cartas. Esta vez el realizador de la señal internacional es José Ramón Díez, un experimentado profesional que parece tener algo más claro que Javier Montemayor cómo llegar a una audiencia millonaria. De nuevo, en esta ocasión, la Familia Real va a tener un protagonismo muy especial, lo que supone un plus de popularidad. Además de los interesados en el deporte, los aficionados a la crónica social van a tener unas cuantas razones para engancharse. La infanta Cristina y Urdangarín tendrán una activa presencia y serán continua referencia, no sólo porque Iñaki sea un alto cargo directivo del COI, sino por el hecho de que el matrimonio se fraguó en otra convocatoria olímpica, la de Atlanta.
El Príncipe, icono en los juegos de Barcelona, no faltará a la cita y la Reina Sofía vivirá con emoción su presencia oficial en el país que la vio nacer.
 
Todos estos elementos serán sin duda aprovechados por las cadenas privadas para sacar algo de jugo a un acontecimiento del que tiene la exclusiva TVE, pero la cadena pública está obligada a no convertirse en una plana retransmisora de un acontecimiento al que no sólo hay que echarle horas, sino ideas y profesionalidad. En el mundo deportivo hay circunstancias que pueden arruinar una apuesta. Véase lo que ha ocurrido con el Tour de Francia, muy poco visto o de la descorazonadora experiencia futbolística en Portugal, pero los juegos que empiezan esta semana, a pesar de ese anuncio de promoción de TVE en el que parece que los problemas del mundo se van a solucionar en Atenas con una especie de revolución servida por el deporte, pueden salirle bien a TVE.
 
Por poca confianza que se tenga en las apuestas del Ente,la oferta veraniega en televisión es tan mala que los Juegos Olímpicos de Atenas abren un paréntesis de esperanza en el telespectadory, sobre todo, suponen unareválida para TVEque tiene que demostrar que todavía le cabe la esperanza de remontar un verano aciago.

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