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Juan Manuel Rodríguez

Me río yo de los científicos de "Sports Illustrated"

Servidor, en esto de las cosas del deporte, es mucho más chauvinista español de lo que pudieran serlo los franceses Napoleón, De Gaulle y Platini juntos. Soy un chauvinista salvaje e inconsciente, un chauvinista provocador, metijón e ilógico, porque el común denominador del perfecto chauvinista es encallar directamente contra las rocas de las más elementales leyes de la lógica.
 
Cuando el 20 de junio, tras encabezar desde el primer día de nuestra estancia en Lisboa la revuelta del IBC, vi cómo eliminaban dramáticamente a España de la Eurocopa, aguanté estoico el cachondeo de la mitad de los colegas de la prensa internacional y no se me ocurrió otra cosa que decir: "¡Ahora, a por el Mundial de Alemania!"... Y es que yo -feo, católico y sentimental- soy el perfecto chauvinista deportivo español.
 
Por eso, cuatro días antes de que empiecen los Juegos Olímpicos de Atenas, no habrá nadie que se atreva a apearme del burro de que España batirá sin ninguna duda el récord de medallas (22) logrado en Barcelona´92. Los científicos de Sports Illustrated nos conceden sólo trece, y aunque hace cuatro años dijeron que lograríamos catorce y al final tuvimos que conformarnos sólo con once, hay algunos datos que me hacen mostrarme mucho más optimista de lo que soy habitualmente. Por mucho que ilustren sus deportes, y por muchos calendarios de bañadores que saquen, parece mentira que no nos hayan dado ni una sola medalla en deportes como el judo, la vela o el taekwondo, disciplinas en las que tenemos campeones mundiales. Después de eso, conceden por ejemplo una medalla de oro en mountain-bike al belga Filip Meirhaeghe, cuando éste dio positivo y no acudirá a Grecia tras haber anunciado su retirada definitiva. Los estadounidenses no son infalibles.
 
Pronósticos, cábalas y quinielas al margen, el hecho irrefutable es que el deporte español ha pegado un estirón decisivo en los últimos veinte años. Y, en lo que a los Juegos Olímpicos se refiere, Barcelona marcó nuestra modernización definitiva. Baste decir que entre Moscú 1980, Los Ángeles 1984 y Seúl 1988 logramos quince medallas, siete menos que en los Juegos que nos tocó organizar. En Atlanta se mantuvo el tipo con diecisiete, y hace cuatro años, en Sydney, se lograron once. En el Comité Olímpico Español se sueña con conseguir ahora en torno a las treinta. Ojalá. De todas formas hay un par de datos espectaculares: de los veintiocho deportes que habrá en Atenas 2004, España competirá en veintitrés. Y en Grecia tendremos la participación más elevada de toda nuestra historia: 195 hombres y 150 mujeres. Me río yo de los "científicos" de Sports Illustrated. Por ahora por lo menos.

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