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EDITORIAL

Socialismo con gomina

Es muy difícil ilusionar así a un electorado que, principalmente, busca diferenciarse lo más posible de los socialistas, especialmente tras la forma en que aconteció la derrota de marzo.

El ambicioso Ruiz Gallardón ha mostrado sus cartas de cara al congreso que el PP celebrará en octubre. Si hay algo de lo que no se le puede acusar, es de esconderse. Tampoco se le puede culpar de no devolver los favores políticos, pues ha escogido para salir del armario los micrófonos de la SER, que sólo a él miman en el PP, poco después del último especial anti-Aznar de la cadena polanquista.
 
Tiene, sin duda, razón en asegurar que el PP debe construir un nuevo proyecto. Desgraciadamente, Gallardón no es capaz más que de ofrecer lo mismo que el PSOE, pero con gomina. Es muy difícil ilusionar así a un electorado que, principalmente, busca diferenciarse lo más posible de los socialistas, especialmente tras la forma en que aconteció la derrota de marzo. Hay que darles una base ideológica firme, fácilmente defendible, que se diferencie de forma clara de las propuestas del PSOE. Algo que, dentro de las familias que forman el PP, no pueden ofrecer ni democristianos ni conservadores, y mucho menos los centrorreformistas.
 
El PP comenzó a despegar con una propuesta marcadamente liberal, muy distinta del socialismo felipista, y subió en Cataluña y País Vasco cuando ofreció una alternativa al nacionalismo omnipresente en ellas. Por eso, hacer caso a Piqué cuando reclama flexibilidad en el hundimiento de España representaría la pérdida del punto común que defiende toda la derecha, y que le permite diferenciarse de un nacionalismo cada vez más excluyente.
 
Si algo bueno tuvo la derrota electoral de marzo, fue lograr que muchos votantes populares vieran al fin la cara real de la izquierda y se dieran cuenta de que no son mejores que ellos. Buena parte de la derecha abandonó entonces los complejos. Es una lástima que Rajoy no parezca haberlo hecho. Hoy mismo, quizá contagiado del "yes" de Zapatero, ha repetido que el congreso supondrá "una cosa intermedia" entre renovación y continuidad. El candidato popular parece ser incapaz de hacer nada más que criticar al PSOE por no aclararse entre sí. Debiera aplicarse el cuento.

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