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Alejandro A. Tagliavini

El ranking de corruptos

Más realista, la autora del informe, Christy Mbonu, señala que en la lista figuran países sometidos a regímenes opresores caracterizados por "falta de transparencia y control de la gestión y por la ruptura del estado de derecho."

El serbio Slobodan Milosevic, el peruano Alberto Fujimori, el ucraniano Pavolo Lazarenko, el nicaragüense Arnoldo Alemán y el filipino Joseph Estrada figuran en la lista de los diez dirigentes políticos más corruptos del mundo, según un informe de la subcomisión de Derechos Humanos de la ONU. Los otros cinco nombres son el indonesio Mohamed Suharto, el filipino Ferdinand Marcos, el zaireño Mobutu Sese Seko, el nigeriano Sani Abacha y el haitiano Jean Claude Duvalier, todos fallecidos. Esta lista se realizó con cálculos sobre el dinero del que se apropiaron en base a datos de la organización privada Transparencia Internacional.
 
Además, Milosevic es juzgado actualmente por un tribunal internacional, acusado de crímenes de guerra y genocidio. Fujimori, exiliado en Japón, está acusado en Perú de delitos contra los derechos humanos y de tráfico de armas. Alemán fue condenado a 20 años de prisión por varios delitos de corrupción y cumple su condena en Managua. Pavlo Lazarenko, ex primer ministro de Ucrania, quien reside desde 1999 como refugiado político en EEUU, fue declarado culpable de los delitos de extorsión y blanqueo de dinero. Estrada abandonó la prisión, tras varios meses, para trasladarse a su residencia, bajo arresto domiciliario en espera de ser juzgado por corrupción.
 
El experto Shiquiyu Chen dijo que la corrupción no ha podido ser erradicada porque quienes la practican "siempre encuentran un lugar donde esconder" el dinero, "a menudo en países ricos y desarrollados". Esa es una muestra de la manía estatista de culpar siempre de los males a los países libres, cuando estos actos de corrupción no ocurrieron en ellos. Más realista, la autora del informe, Christy Mbonu, señala que en la lista figuran países sometidos a regímenes opresores caracterizados por "falta de transparencia y control de la gestión y por la ruptura del estado de derecho."
 
La verdad es que, a diferencia de las sociedades libres donde las personas acuerdan voluntariamente cualquier acción, bajo el estatismo las reglas son coactivamente impuestas por el gobierno. Así, los funcionarios adquieren un poder discrecional que inevitablemente, tarde o temprano, terminará corrompiendo a las partes.
 
En estos días se están ventilando escándalos de corrupción que salpican al presidente peruano Alejandro Toledo, haciendo resurgir a figuras que se creía que jamás iban a volver. La popularidad de Toledo está en caída libre. La ciudadanía peruana parece desorientada. Tanto, que una insólita "resurrección" de políticos, a los que se creía "muertos", comienza a verse.
 
Las preferencias de los peruanos están volcándose otra vez en Fujimori que, en los últimos sondeos de opinión, encabeza las preferencias del electorado, aunque con un escaso 17% de intención de voto. Peor aún, Alan García (el mismo del conocido dicho: "Ay Patria mía, dame un Presidente como Alan García") tiene por su parte un 14%. Entre ambos ex presidentes aparecen otros dos candidatos, bastante más serios: Lourdes Flores, dirigente de la alianza conservadora, Unión Nacional, con el 16%, y Valentín Paniagua, que hizo posible que la transición de Fujimori a Toledo fuera ordenada, con el 14%.
 
La verdad es que Latinoamérica, sumergida en el estancamiento, parece atontada por discursos demagógicos y populistas, como el "bolivariano". Salvo por Chile en dónde, insólitamente para la historia regional, encabeza las encuestas el conservador Joaquín Lavín. Socialistas o conservadores, tanto en lo político como en lo económico, Chile es un mar de cordura dentro de la región. Pero la ironía del informe de la ONU es que, después de todo, también es estatal, y tiene que responder a muy serias acusaciones de corrupción. Una de las últimas se detalla en el libro de Kenneth Cain, Heidi Postlewait y Andrew Thomson, Emergency Sex & Other Desperate Measures: A True Story From Hell on Earth (Sexo de emergencia y otras medidas desesperadas: una verdadera historia del Infierno en la Tierra), donde fueron compiladas historias de corrupción relatadas por soldados de la ONU en Camboya, Somalia, Ruanda y otros países.
 
© AIPE
 
Alejandro A. Tagliavini es miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas).

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