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Encarna Jiménez

Vuelven los 80

Las propuestas de la cadena pública tienen un aroma de reedición de la victoria socialista de Felipe González, acabada la Transición.

La cadena que menos estrenos anuncia para este otoño es Telecinco: de nuevo “Gran Hermano” y una serie protagonizada por José Coronado y Aitana Sánchez Gijón que está situada en la década de los 80. El promocional nos ofrece imágenes del golpe de Tejero y, si no engaña, tiene toda la pinta de echar mano de recursos que ha utilizado la serie de TVE “Cuéntame cómo pasó”, aunque ya veremos si los guiones son de aliño o están trabajados. En todo caso, esta producción tiene la virtud de situarnos en un momento que vamos a vivir, de otra manera, en TVE.
 
Las propuestas de la cadena pública tienen un aroma de reedición de la victoria socialista de Felipe González, acabada la Transición. En primer lugar, aunque su programa no será de máxima audiencia, al fin consigue Antonio Gasset, después de tantas quejas, un programa propio de cine. Este superviviente de la cadena pública tendrá la oportunidad de dar otra vuelta de tuerca a su inventado afán protestón a pesar de ser uno de los profesionales que se han mantenido a flote a lo largo de décadas y en cualquier legislatura.
 
Del programa de Garci, nada se sabe. De momento, han incluido entre sus colaboradores a Fernando Sánchez Dragó, posiblemente aprovechando el hueco que deja Javier Rioyo, que se hará cargo de un programa semanal de libros, después de haber declinado la oferta de Caffarel de dirigir los programas culturales de la cadena pública.
 
Como en tiempos de Calviño, aquel descubridor de chicas periféricas como Concha García Campoy o Ángeles caso, el retorno de Julia Otero tiene aire de nostalgia y el de Lorena Berdún, aroma de reivindicación sexual sin excesos.
 
El Gran Wyoming, una vez disuelto el equipo de “Caiga quien caiga”, se hace cargo de un programa semanal sobre el que no se ha adelantado nada, pero que, en la estrategia de la nueva dirección del ente, tiene bastante sentido. Su cara y estilo, que nació melenudo en los 80 y se convirtió en “azote” del PP durante un tiempo, entra en la parrilla de TVE como representante del “nuevo talante”.
 
No se tiene noticia, sin embargo, de que Paloma Chamorro, que hizo los programas más avanzados en su tiempo haya sido requerida.
 
Estos fichajes, todos ellos con programa semanal, no parece que vayan a resolver los acuciantes problemas de la programación de TVE, son símbolos del cambio socialista y están centrados en la industria cultural española, sobre todo editorial y cinematográfica.
 
El día a día, en el que va perdiendo la batalla de la audiencia TVE —este verano le ha adelantado Antena 3 como hace unos meses Telecinco— es más complicado. De momento, sólo se ha previsto el contrato de Juan Ramón Lucas para las tardes, en las que tendrá que armar una revista de actualidad que complemente a las telenovelas, que tan bien le han venido funcionando a TVE, y compense los excesos de los programas de testimonios de las cadenas privadas y el avance del espíritu del “tomate”.

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