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EDITORIAL

Irak, ¿de qué lado está Zapatero?

el mismo día que el ufano Zapatero hacía estas declaraciones en el norte de África, dos cooperantes italianas fueron secuestradas por una banda terrorista que, casualemente, pedía lo mismo que nuestro primer ministro

Hace unos meses una periodista occidental preguntó, con cierta autosuficiencia, al secretario Colin Powell hasta dónde estaba su país dispuesto a llegar en Irak, es decir, cuántos muertos hacían falta para que los norteamericanos se replanteasen su intervención. Powell no dudó un segundo e invitó a la periodista a darse un paseo por los cementerios europeos donde yacen los miles de estadounidenses que dieron su vida, en dos guerras consecutivas, por la libertad en Europa.
 
La periodista se quedó de piedra y no prosiguió el interrogatorio, acaso por haber sufrido un jaque mate inesperado. Tal es la determinación de los Estados Unidos. En el extremo opuesto, al otro lado del tablero, se encuentra nuestro presidente del Gobierno. Hace dos días, aprovechando un viaje a Túnez, se despachó a gusto sobre la situación en Irak y sobre cuál ha de ser el papel de Occidente en el arduo proyecto de pacificación y democratización de aquel país.
 
A juicio de Zapatero, ZP para su parroquia de irreductibles, la intervención aliada en Irak fue un "camino profundamente equivocado", para acto seguido añadir que lo deseable sería que todos los países que están presentes en Irak se retirasen al modo y manera española. Si Zapatero fuese un simple diputado de un partido de la izquierda ultramontana no pasaría nada, pero no es así. José Luis Rodríguez Zapatero es el presidente del Gobierno de una nación europea, integrada en la OTAN desde hace más de 20 años y castigada con saña por el terrorismo islámico hoy hace seis meses.
 
Para ahondar más en la herida, el mismo día que el ufano Zapatero hacía estas declaraciones en el norte de África, dos cooperantes italianas fueron secuestradas por una banda terrorista que, casualmente, pedía lo mismo que nuestro primer ministro. El titular de Defensa del Gobierno Berlusconi ya ha anticipado que de retirar las tropas ni hablar. Los soldados italianos no están invadiendo un país sino acompañando a la balbuciente democracia iraquí a dar sus primeros pasos. Y no por capricho de il cavaliere, sino porque así lo ha demandado la ONU a través de una resolución ratificada, entre otros, por el Gobierno español, y porque ante la adversidad las democracias tienen que crecerse.
 
La postura demagógica de Zapatero le coloca en una incómoda tesitura y nos devuelve al tercermundismo en política exterior que ya creíamos olvidado. Si nuestro embajador en las Naciones Unidas ratificó la resolución 1546 en la que se decidió el envío de una fuerza internacional de paz a Irak, por qué el presidente viene ahora con las rebajas y, contradiciendo a su idolatrada ONU, se manifiesta públicamente en su contra. ¿En cuál de los dos lados de la raya se encuentra?, ¿de qué lado está?

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