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¿Inoportunas e imprudentes o necias y perversas?

¿va el PP a dejar pasar tamaño dislate con sólo un cortés carraspeo de desaprobación?

Por supuesto que la invitación a desertar a los miembros de la coalición internacional que trata de derrotar a los terroristas y conseguir la celebración de elecciones, a lo que aquellos se oponen con toda su fuerza asesina, coalición respaldada por la resolución 1546 del CSNU, aprobada por unanimidad con el voto español del gobierno socialista, es inoportuna y poco prudente, como ha dicho Gustavo de Arístegui,  pero también es una enormidad. Bien está que el portavoz  del PP para política exterior no haya dejado pasar las palabras de Zapatero sin un cometario pertinente, pero eso no exime al líder de la oposición de darle la réplica adecuada.
 
Porque lo que ha dicho Zapatero es en realidad necio y perverso. Se puede hacer un imaginativo ejercicio de ficción estratégica, como ha hecho Edward Luttwak con la brillantez que le caracteriza, sobre las posibles implicaciones saludables de una seria amenaza de retirada americana, para obligar a todas las facciones iraquíes y a los países vecinos a dejarse de juegos de poder con mucha sangre de por medio y a asumir sus responsabilidades en la formación de un frente unido contra el terrorismo que se ceba en todos, y que implica la amenaza de guerra civil y en último término de desmembramiento del país. Pero no es en absoluto ese el ejercicio en el que se ha sumergido nuestro primer ministro.
 
Lo suyo es invitar a los coaligados con Estados Unidos en la empresa de pacificación, democratización y reconstrucción (de 30 años de sadamismo y año y pico de orgía terrorista, porque la guerra produjo destrucciones mínimas que no afectaron apenas a las infraestructuras) a desertar dejando solos a los americanos, porque eso mejoraría la situación, como lo hizo (¡¡¡!!!) la retirada española. Se trata de hacer daño a Estados Unidos, pujando por socavar la legitimidad de su esfuerzo, pasándose por el arco de la ignominia la 1546, votada porque  Francia y Alemania lo hacían, lo que ya se sabe que no es seguidismo, sino volver al seno de la política europea. Pero la puñalada va directamente a las pobres espaldas iraquíes.
 
Sería interesante que nos explicara cómo coincidir en sus deseos con los terroristas, que bien que se lo trabajan con secuestros, decapitaciones, masacres y voladuras de todo lo que le podría proporcionar a los iraquíes trabajo y perspectivas de futuro,  y retirar en desbandada, según el glorioso modelo nacional, las fuerzas que se les oponen, puede disminuir el número de asesinatos y de atentados contra la recuperación del país y asegurar la celebración de elecciones libres.
 
En realidad se trata de una aportación a la campaña presidencial americana del tipo tiro por la culata. Después de pulverizar todas las prácticas internacionales expresando públicamente, nada más asumir la representación oficial de España, su esperanza de que venza Kerry, se dispone ahora a comprometerlo un poco más con esta exhortación a la deslealtad de los aliados y al abandono de los iraquíes, entre otras cosas, también para sentirse en compañía de alguien más que doña Gloria. Bush debería agradecérselo, pero como carece de talante, probablemente no lo hará.
 
¿Es posible que no se dé cuenta, o no le importe, de que está invitando a los terroristas a que maten a las rehenes italianas, a que realicen un atentado decisivo contra los australianos para determinar su política interior y exterior, y eso mismo contra todos y cada uno los países que han respondido al llamamiento de la resolución 1546 votada por España por orden suya? ¿Es ignorancia o es malicia? Aunque la una no excluye la otra. 
 
Y una vez más, mostrando que no sólo perdió el gobierno sino que tampoco ha encontrado la oposición,  ¿va el PP a dejar pasar tamaño dislate con sólo un cortés carraspeo de desaprobación? O bien, ahora que, por fin, habla de no renunciar a la herencia de los ocho años anteriores, va a tratar de enterarse de qué significó y qué significa Irak, va a apostar por el futuro, es decir  tanto por la victoria de Bush como por una intensificación del esfuerzo en Irak gane quien gane, con vistas a la estabilización del país y a la obtención de una importante victoria en la guerra global contra el terrorismo?
 
¿Y va a llamar a las cosas por su nombre? Por ejemplo, cobardía al cumplimiento, sin ni siquiera los más elementales plazos y procedimientos prometidos, de una irresponsable promesa electoralista cuando no había esperanza alguna de ganar? Y todo ello porque, tras basar la campaña en la acusación calumniosa de mentira,  no tuvo valor de decirle a sus electores que el 11-M, lo mismo que el 11-S, lo cambiaba todo y no era cosa de regalarle tamaña victoria a los terroristas que otros, como los australianos ahora y con el tiempo nosotros mismos, habrán de pagar. Quizás no ha tenido ni tan siquiera valor de confesárselo a sí mismo y quizás las palabras de Túnez haya que explicarlas en términos de psicología profunda. ¿Y los silencios del PP?
 
GEES: Grupo de Estudios Estratégicos.

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