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Juan Manuel Rodríguez

El único fallo de Tristante Oliva

La simple admisión a trámite de la demanda contra Tristante Oliva y Teixeira Vitienes puede crear un precedente y el posterior "efecto llamada" de los juzgados hacia todos aquellos aficionados que se sientan perjudicados por la labor arbitral

Supongo que si el juzgado de primera instancia número 21 de Valencia ha decidido admitir a trámite la demanda civil presentada en su día por un grupo de socios del club ché contra la Federación Española de Fútbol y los árbitros Pedro Tristante Oliva y Teixeira Vitienes es porque su señoría entiende que efectivamente fueron perjudicados por su "actuación negligente" en los partidos Real Madrid-Valencia y Valencia-Real Sociedad. Ambos encuentros concluyeron con empate en el marcador; el primero lo hizo con empate a uno, y el segundo con empate a dos.
 
Y fue en el partido del estadio Santiago Bernabéu cuando se produjo aquella polémica jugada entre Marchena y Raúl en la que el murciano Tristante interpretó que se había producido un penalti. Como los juzgados españoles no tienen casos pendientes ni injusticias más importantes que reparar, un tal Andrés Sanchís, al parecer abogado de profesión, entendió que las actuaciones de Tristante Oliva y Teixeira Vitienes exigían el reconocimiento público del error y una indemnización simbólica por los daños y perjuicios morales originados por su arbitraje.
 
En absoluto soy un experto en la materia pero interpreto que la simple admisión a trámite de esa demanda puede crear un precedente y, como consecuencia directa de todo ello, el posterior "efecto llamada" de los juzgados hacia todos aquellos aficionados que se sientan perjudicados por la labor arbitral en un partido determinado. La pregunta es la siguiente: ¿sabe más de fútbol el juez que los propios árbitros? Y me pregunto eso porque, justo tres días después de que se disputara aquel famoso partido del estadio Santiago Bernabéu, el colectivo arbitral en pleno, reunido en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, puso como un "claro ejemplo de lo que es un penalti" la jugada entre Marchena y Raúl. ¿Quieren mi opinión?... A mí sinceramente no me pareció penalti. Pero yo no soy árbitro. Ni mucho menos juez.
 
El escritor Wenceslao Fernández Flórez, quien durante un tiempo ejerció como cronista futbolístico en el diario "ABC", llegó a pedir en su día que los árbitros fueran, supongo que para expiar sus posibles faltas, "aquellos hombres que hubieran fracasado en cargos públicos". No creo que ninguno de ellos se atreviera si se lo propusieran. Hoy Pedro Tristante actúa como delegado de campo del Real Murcia después de haber sido descendido de categoría por la Federación y no poder seguir arbitrando en Segunda División al superar la edad reglamentaria permitida para ello.
 
El único fallo de Tristante fue que no estaba a la altura de lo que requería aquel Real Madrid-Valencia en el que podía decidirse un campeonato, nada más; y ni siquiera aquel error fue suyo. Un grupo de socios valencianistas (quizás porque en ese momento pensaron que iban a perder la Liga) decidieron que aquella decisión, respaldada por el Comité Técnico de Árbitros, merecía que le colocaran al murciano unas inmensas orejas de burro. Y su señoría va en esa línea. ¡Pues que se preparen los juzgados de España!... Por cierto, ¿demandará también el abogado Sanchís a Jaime Ortí por haber dejado escapar a Rafa Benítez?... Esa sí que fue una actuación negligente que ha perjudicado moral y deportivamente al valencianismo, y no la de Tristante Oliva.

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